La cara pintada, un gorro con piel y cuernos de búfalo, el torso desnudo y con una bandera de Estados Unidos: este joven disfrazado con elementos de la cultura sioux y tatuajes celtas se convirtió en un emblema de los disturbios del jueves en el Congreso y expone una de las teorías conspirativas más divulgadas entre la ultraderecha que respalda a Donald Trump.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó el jueves que la falta de confianza en el recuento de votos en la elección de Estados Unidos llevó al ataque de una turba al Congreso y advirtió que lo mismo podría ocurrir en su país.
Lo que debía ser un trámite para certificar la victoria presidencial del opositor Joe Biden se convirtió en la escena más temida a lo largo de los últimos años de gobierno de Donald Trump: una capital sobrepasada por manifestantes nacionalistas que tomaron el Congreso triunfantes mientras los legisladores eran evacuados en medio de un caos que terminó con un muerto.
El ex presidente de Estados Unidos Barack Obama afirmó que “la historia recordará con razón la violencia de este miércoles en el Capitolio, incitada por un presidente en funciones (Donald Trump) que continuó mintiendo sobre el resultado de una elección legal”.
El aislamiento de Donald Trump en su intento de revertir las elecciones presidenciales del 3 de noviembre quedó más palpable el domingo con el editorial de New York Post, el tabloide del empresario Rupert Murdoch y uno de los defensores más acérrimos del mandatario.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, negó motivos ocultos y dijo que solo se debe a un motivo formal el hecho de no haber felicitado aún a Joe Biden, el candidato demócrata ganador de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
Ocho días después de que se anunciaran los resultados de la elección presidencial en Estados Unidos, Donald Trump pareció admitir su derrota en un tuit publicado este domingo, aunque no tardó en dar marcha atrás y denunciar de nuevo un fraude masivo sin dar ninguna prueba.
Las autoridades electorales de Estados Unidos dijeron en una declaración conjunta que “no hay evidencia” de votos perdidos o cambiados ni de sistemas de votación alterados, como denuncia la campaña del candidato republicano, el presidente Donald Trump, quien se niega a admitir la victoria del demócrata Joe Biden.
Casi el 80% de los estadounidenses, incluido más de la mitad de los republicanos, reconocen al presidente electo Joe Biden como el ganador de las elecciones del 3 de noviembre, según una encuesta de Reuters/Ipsos.
El director de delitos electorales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Richard Pilger, dimitió el lunes por la noche tras la orden del fiscal general, William Barr, de investigar el supuesto fraude en los comicios presidenciales.