La fiscalía Brasil acusó el miércoles al ex presidente Lula da Silva de ser el “comandante máximo” de la red de corrupción en Petrobras, una denuncia que cayó como una bomba en un país sacudido por las reiteradas convulsiones políticas.
La Policía Federal brasileña presentó este viernes cargos por corrupción, lavado de dinero y falsificación contra el ex Presidente Lula da Silva en una causa sobre la adquisición de un apartamento en la playa cuya propiedad se atribuye al ex jefe de Estado. La acusación se extiende a la esposa del ex Mandatario, Marisa Leticia Rocco, y al presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto, según medios locales.
El ex presidente Lula da Silva catalogó al inicio del juicio político contra Dilma Rousseff como el día de la vergüenza nacional, y recordó que con este juicio la oposición no está acabando con Dilma sino desconociendo los más de 54 millones de brasileños que la votaron.
El ex Presidente brasileño Lula da Silva afirmó que se sintió olvidado durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y recalcó que la cita deportiva no habría llegado a Brasil si no fuera por él.
Un nuevo personaje entró esta semana en el marco de la causa de corrupción de Petrobras en Brasil. Se trata de Marisa Leticia, la mujer del ex presidente Lula da Silva, quien fue intimada por la policía a declarar en la causa por la que el ex jefe de Estado es investigado por la justicia.
Un documento elaborado por la Fiscalía y divulgado el portal del diario O Estado de Sao Paulo afirma que el ex presidente brasileño Lula da Silva participó activamente de la extendida corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
El objetivo de toda esta campaña es evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2018, afirmó el ex mandatario Lula da Silva, luego que un juez lo acusara formalmente de corrupción. Lula fue procesado el viernes pasado acusado de obstrucción a la Justicia al intentar impedir la confesión de un ex-ejecutivo de Petrobras en el denominado escándalo del “Petrolao”.
La Policía Federal de Brasil le pidió a la Fiscalía que impute por corrupción y asociación para delinquir al ex ministro Paulo Bernardo da Silva, que integró los gabinetes de los presidentes Lula da Silva (2003/2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), según fuentes oficiales.
El futuro de Lula da Silva, acusado de corrupción, está desde este martes en manos del juez federal Sergio Moro, responsable de la investigación en Petrobras y ahora a cargo del caso que implica al ex mandatario brasileño.
El ex presidente Lula da Silva no parece dispuesto a tirar la toalla en medio de la tormenta que azota al país y que sacude al Partido de los Trabajadores (PT), pero admitió que “es pronto” para pensar en las elecciones de 2018 y pidió el rápido retorno de Dilma Rousseff a la presidencia.