El Gobierno brasileño anunció este lunes una serie de medidas para revertir el déficit fiscal de 0,5% del PBI que prevé para 2016, las cuales pasan por más recortes de gasto que afectarán planes sociales, y la reimposición un nuevo tributo a las operaciones financieras.
En un durísimo editorial el prestigioso diario brasileño O Estado de Sao Paulo, señaló que el líder Lula Da Silva celebra en la intimidad un posible golpe político que haga caer a Dilma Rousseff de la presidencia de la república.
El ministro brasileño de Finanzas, Joaquim Levy, subrayó que el proyecto de presupuesto de Brasil para 2016 incluye recortes del gasto público para lograr un excedente primario del 0,7% del Producto Bruto Interno (PBI), en lugar del 0,5% previsto anteriormente.
El gobierno de Brasil manifestó su “compromiso” con el ajuste fiscal luego de que la agencia de calificación de riesgo Standard and Poor’s redujo la nota del país, que de ese modo perdió el grado de inversión que había obtenido en 2008.
El diario local Folha de Sao Paulo informó que tras la rebaja de la nota crediticia anunciada por Standard & Poors, las casa de cambio en Sao Paulo vendían cada dólar por 4,35 reales, 65 centavos más que el cierre oficial del miércoles.
El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, afirmó este viernes que “nadie apoya” la propuesta del presidente del Senado brasileño, Renán Calheiros, de acabar con la unión aduanera en Mercosur. Sin embargo, destacó como positivo que haya puesto al desnudo que el bloque “está mal” y necesita una removida de “cimientos”.
El presidente del Senado de Brasil Renán Calheiros se reunió este jueves con el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, para elaborar una agenda de medidas inmediatas ante la crisis que sufre el país, tras lo cual propuso poner fin a la unión aduanera del Mercosur, iniciativa que será presentada a la mandataria Dilma Rousseff.
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, que en los hechos actúa como jefe de gobierno en el relacionamiento con un congreso algo disperso en el apoyo a las reformas presupuestales y financieras promovidas por la presidente Dilma Rousseff para superar el mal momento que atraviesa la principal economía de América Latina, advirtió sobre lo delicado de la situación y se atrevió a utilizar la palabra 'Grecia'.
El gobierno brasileño anunció este miércoles la reducción de la meta de superávit fiscal primario que se había impuesto para este año desde el equivalente al 1,13% del PIB hasta el 0,15%, pero al mismo tiempo se comprometió con una nueva reducción de los gastos para sanear las cuentas públicas.
Cualquier intento por parte del Gobierno brasileño o del Congreso por relajar las metas de reducción de gastos para este año extendería inevitablemente la duración del programa actual de ajuste fiscal, dijo el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, en una entrevista publicada el domingo en Folha de Sao Paulo.