El ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, admitió que el plan de ajuste que prepara el nuevo equipo económico de la presidenta Dilma Rousseff incluye aumentos de “algunos impuestos”, que no llegó a especificar.
Una fuerte ortodoxia económica, un acercamiento político a Estados Unidos y un decidido apoyo a las grandes empresas agropecuarias parece desprenderse del gabinete de ministros a los cuales tomara juramento la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, al iniciar este primero de enero su segundo mandato consecutivo de gobierno.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo en una carta a inversores que una de las principales prioridades de su segundo mandato será ordenar las cuentas fiscales del país, enviando un fuerte mensaje que apunta a que su Gobierno adoptará políticas más amistosas con el mercado.
Brasil acumuló en los primeros diez meses del año un déficit fiscal primario récord de 11.600 millones de reales (unos 4.640 millones de dólares), informó el Banco Central.
Los esfuerzos de Brasil por reducir su deuda se trasladarán a una renovada confianza de los inversores y ofrecerán espacio para continuar con las políticas de disminución de la pobreza en los próximos años, dijo el futuro ministro de Hacienda Joaquim Levy.
Por Joaquim Levy (*) - Frecuentemente se oye decir que el tipo de cambio está apreciado y por eso la industria patina. Ese discurso generalmente es acompañado de la percepción de que las empresa obtienen lucros excesivos y el mercado financiero fuerza demasiado, pero se pasa por alto la política fiscal.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, eligió al respetado banquero Joaquim Levy para ocupar el cargo de ministro de Hacienda en su segundo mandato, reportaron este viernes medios locales de Sao Paulo y Rio do Janeiro, citando fuentes del Planalto.