El Gobierno brasileño anunció este lunes una serie de medidas para revertir el déficit fiscal de 0,5% del PBI que prevé para 2016, las cuales pasan por más recortes de gasto que afectarán planes sociales, y la reimposición un nuevo tributo a las operaciones financieras.
Las medidas fueron anunciadas días después de que la agencia de riesgo Standard & Poor's (S&P) redujera la nota de Brasil al nivel BB+, considerado como de bono basura, lo que supuso retirarle el grado de inversión que califica a los buenos pagadores.
El paquete presentado pretende revertir el déficit equivalente al 0,5% del PBI previsto en el presupuesto nacional para 2016 y convertirlo en un superávit primario equivalente al 0,7% del PIB, que era la meta inicial del Gobierno, explicaron en rueda de prensa los ministros de Hacienda, Joaquim Levy, y de Planificación, Nelson Barbosa.
Los recortes del gasto llegarán por primera vez a áreas sociales, como un plan de viviendas populares y salud pública, y supondrán en conjunto un ahorro de 26.000 millones de reales (6.842 millones de dólares), dijo Barbosa.
El paquete de ahorro también plantea postergar de enero a agosto del año próximo la aplicación de un alza de salarios que se discute con los empleados del sector público, por lo que Barbosa pidió la comprensión de los funcionarios ante el difícil momento que vive el país.
En el frente tributario, Levy explicó que una medida central será la creación del impuesto a las operaciones financieras, con una tasa del 0,2%, destinado integralmente a cubrir gastos con el sistema de jubilaciones y pensiones.
Ese nuevo tributo, que igual que casi todas las medidas requerirán de la aprobación del Parlamento, será similar a uno eliminado hace ocho años por presiones de la oposición y que tasaba en 0,25% cada operación financiera realizada en el país para financiar el sistema de salud.
Además, según indicó Levy, las medidas anunciadas contemplan una eliminación o reducción de beneficios fiscales otorgados al sector exportador y a la industria química, entre otras.
Asimismo, se aumentarán las tasas en el caso de los impuestos a las ganancias de capital por venta de inmuebles, que, según el valor de las transacciones, variarán entre un 15 y 30%.
En conjunto, según los cálculos del equipo económico, las nuevas medidas tributarias aumentarán la recaudación en cerca de 40.000 millones de reales (10.526 millones de dólares) que, junto con el recorte del gasto, ayudarán a obtener el superávit fiscal primario del 0,7% que el Gobierno se ha trazado como meta para 2016.
Barbosa admitió que muchas de las medidas previstas en este nuevo plan para enderezar la economía del país dependerán de la aprobación del Congreso, pero explicó que ya han sido discutidas con líderes parlamentarios, empresarios y con el grueso de la sociedad, por lo cual expresó su convicción de que no encontrarán obstáculos.
Según ambos ministros, estas iniciativas allanarán el camino hacia la recuperación del crecimiento de la economía, que de acuerdo con proyecciones del sector privado divulgadas, este año deberá encogerse un 2,55%, una tendencia que se mantendrá en 2016, para cuando se espera una contracción del 0,60%.