La economía de Brasil registró una contracción récord de 9,7% en el segundo trimestre respecto al primero, cuando ya había caído 2,5% debido a la pandemia de coroanvirus, con lo cual entró formalmente en recesión, informaron este martes fuentes oficiales.
El panorama de la economía brasileña sigue deteriorándose, según mostró una serie de sondeos el lunes, ya que economistas del banco global Citi recortaron su previsión para 2020 y predijeron “la peor contracción anual de la historia” para este año.
Bank of America Merrill Lynch redujo el jueves su perspectiva de crecimiento económico para Brasil en 2020 a un 1,9% y se convirtió en el primer banco importante en proyectar una expansión bajo el umbral del 2%, que muchos observadores dicen es muy sensible para el gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
La economía brasileña registró un ligero crecimiento del 1,1% en 2018 y encadenó así su segunda subida consecutiva tras la dura recesión que atravesó entre 2015 y 2016, informó el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El Banco Mundial recortó su pronóstico del crecimiento global tras asegurar que “las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos están dañando a la economía y se avizoran nuevos riesgos”, donde Argentina no escapa a este panorama desalentador.
El optimismo de los brasileños sobre la economía se ha elevado a una cifra récord mientras el presidente electo, Jair Bolsonaro, se prepara para asumir el cargo el 1 de enero, consigna una encuesta de Datafolha publicada el domingo.
El presidente electo, Jair Bolsonaro, consideró que Brasil es el país de los derechos, aunque sin empleo, y abogó por una mayor flexibilización de la legislación laboral como el camino para destrabar la economía, durante una transmisión en vivo desde su residencia en Río de Janeiro.
Brasil sorprendió al cerrar enero con un superávit primario de US$ 9.580 millones (31.069 millones de reales), una cifra récord para el mes desde el inicio de la serie histórica en 1997, gracias a una recaudación extraordinaria por un programa de renegociación de deudas tributarias.
El déficit de cuenta corriente de Brasil se redujo más de lo previsto en enero, con US$ 4.310 millones, indicó el Banco Central, y señaló que fue la mejor cifra para ese mes en ocho años. Además fue inferior al pronóstico de US$ 4.991 millones. La inversión extranjera directa sumó US$ 6.466 millones en enero, superando los US$ 3.800 millones pronosticados.
La actividad en el sector de servicios de Brasil retrocedió en marzo a su ritmo más acelerado en al menos cinco años, lo que refuerza la idea que este mes el Banco Central recortará más drásticamente las tasas de interés, en momentos en que los datos económicos arrojan más dudas sobre la tan esperada --y anunciada-- recuperación.