El dólar estadounidense cayó este miércoles por debajo de los 6 reales tras la segunda toma de posesión de Donald Trump esta semana en Washington DC, alcanzando así su nivel más bajo desde noviembre.
Mientras tanto, la bolsa descendió por primera vez después de tres subas consecutivas. El dólar comercial cerró este miércoles en R$ 5,946 tras tocar los R$ 5,91 alrededor de las 14. En lo que va de año, la divisa bajó un 3,79%.
El mercado bursátil tuvo una jornada más volátil. El índice Ibovespa de B3 cerró en 122.972 puntos, con una caída del 0,3%. El indicador alternó subas y bajas, pero consolidó su tendencia negativa al final de la tarde, impulsado por las empresas mineras.
Sin noticias relevantes sobre la economía brasileña, el dólar se vio influenciado por el mercado internacional, a diferencia de las últimas semanas, cuando el escenario local se vio convulsionado por el paquete fiscal del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, para recortar el gasto público y poner topes a ciertas prestaciones sociales, pensiones militares y los llamados supersalarios de algunos funcionarios, entre otros ajustes. La victoria electoral de Donald Trump también causó revuelo ante el temor de aranceles a los productos brasileños, algo que hasta ahora no ha sucedido.
Se esperaba que el paquete de ajuste fiscal de Haddad fuera un antídoto contra la subida del dólar y la creciente desconfianza de los inversores. Sin embargo, se consideró paliativo e insuficiente para contener el desequilibrio fiscal.
De ahí que la ausencia de anuncios de mayores aranceles para los países emergentes latinoamericanos, frente al recargo del 10% a los productos procedentes de China y del 25% a los de México y Canadá efectivo el 1 de febrero, se tradujera en una menor presión sobre la inflación estadounidense, reduciendo así la necesidad de que la Reserva Federal congele o suba los tipos de interés este año. Durante la campaña electoral, Trump prometió mayores aranceles a los productos chinos.
La reducción de los tipos de interés en las economías avanzadas beneficia a los países emergentes como Brasil, ya que los altos tipos de interés de la economía brasileña atraen capitales financieros, reduciendo la presión sobre el dólar y el mercado de valores. (Fuente: Agencia Brasil)