Donald Trump y la Reina Isabel II elogiaron el lunes los lazos entre sus dos países después que el presidente de Estados Unidos fue recibido con ceremonia y pompa, en un intento de fortalecer una alianza debilitada por desacuerdos sobre el Brexit y China.
Las intervenciones de Trump en la crisis política británica por el Brexit amenazaban con opacar su visita de Estado a Londres, pero en cambio el presidente republicano pareció disfrutar de la alfombra roja real que sus anfitriones le extendieron a él y su esposa Melania.
La visita de Estado de tres días fue presentada como una oportunidad para celebrar la “especial relación” de Reino Unido con Estados Unidos, fortalecer los lazos comerciales en un escenario posterior al Brexit y reafirmar la cooperación en seguridad antes del aniversario 75 de los desembarcos del Día D en la Segunda Guerra Mundial.
“El vínculo entre nuestras naciones se selló para siempre en esa gran cruzada”, dijo Trump en un discurso durante el lujoso banquete en su honor en el Palacio de Buckingham.
“Al honrar nuestra victoria y herencia compartidas, afirmamos los valores comunes que nos unirán por mucho tiempo en el futuro: libertad, soberanía, autodeterminación, el estado de derecho y la referencia a los derechos que nos otorga el Dios todopoderoso”.
Si bien el presidente 45 de Estados Unidos elogió a la monarca de 93 años, su visita fue empañada por sus opiniones sobre la salida de Reino Unido desde la Unión Europea y sobre el posible sucesor de Theresa May como primer ministro y una disputa con la compañía china Huawei.
“Señor presidente, al mirar al futuro, confío en que nuestro valores comunes e intereses compartidos seguirán uniéndonos”, dijo la reina. “Esta noche celebramos una alianza que ha ayudado a garantizar la seguridad y prosperidad de nuestros pueblos durante décadas y que creo que durará muchos años más”, agregó.
En respuesta, Trump elogió a la monarca británica, afirmando que “encarna el espíritu de dignidad, deber y patriotismo que late con orgullo en todos los corazones británicos”.
Alejándose de la pompa, Trump también abordó la turbulenta política local británica, donde más de una decena de candidatos compiten por reemplazar a May, quien anunció el mes pasado que dejaría el cargo luego de que no consiguió que el Parlamento aprobara su acuerdo de divorcio con la UE.
Antes de su viaje, Trump elogió al rival de May y excanciller británico Boris Johnson, un defensor del Brexit, y dijo que sería un “gran” primer ministro y pidió que Nigel Farage, un flagelo para el gobernante Partido Conservador de May, encabezara las negociaciones con la UE.
Trump, quien ha criticado regularmente a May por su estrategia para el Brexit, dijo que Reino Unido debe dejar el bloque el 31 de octubre, con o sin un acuerdo.
“La relación con Reino Unido es muy fuerte”, escribió en Twitter durante su visita el lunes. “Mucho amor en todas partes. También, un gran acuerdo comercial es posible una vez que Reino Unido se deshaga de las cadenas. ¡Ya estamos comenzando a conversar!”, agregó.