El Fondo Monetario Internacional ha elevado las previsiones de crecimiento económico de Latinoamérica para este año en una décima, hasta llegar al 2%. La mejora se debe, en gran medida, al impulso de Brasil, que aumenta sus estimaciones del 1,9% al 2,3%. En el otro extremo Venezuela se desploma un 15%.
México, que se mantiene en el 2,3% para este año, y la subida de los pronósticos para las economías de Chile (del 3% al 3,4%) y Ecuador (del 2,2% al 2,5%) han contribuido también.
En el informe Perspectivas Económicas Mundiales el organismo explica que continúa la recuperación gradual del crecimiento en Latinoamérica y el Caribe, una región severamente afectada por la caída en los precios de las materias primas entre 2014 y 2016”. En 2017, la economía latinoamericana creció el 1,3 %. El Fondo espera que el crecimiento se acelere paso a paso hasta alcanzar el 2 % en 2018 y al 2,8 % en 2019.
Las cifras de la región, sin embargo, sufren el lastre de la profunda crisis económica que vive Venezuela, con una contracción estimada del 15% para este año y del 6% para 2019. Esto significa un fuerte recorte frente a las cifras presentadas por el FMI en enero, que eran del -9% y el -4%, respectivamente. De confirmarse esa previsión, Venezuela perdería casi un 50% de su PBI en seis años. El FMI estima que la inflación en Venezuela ronde el 14.000% en 2018.
En el informe sobre la economía de regional, apunta a que este escenario en Venezuela es resultado de significativas distorsiones microeconómicas y desequilibrios macroeconómicos exacerbados por el colapso de la exportación petrolera.
El impacto de la crisis de Venezuela se considera, en cualquier caso, muy limitado sobre los países vecinos, pese a que su economía representa un porcentaje muy elevado en el conjunto de la región.
Los efectos ya se produjeron, asegura el economista Alejandro Werner.
Otros países de la zona han visto reducidas sus expectativas de crecimiento para 2018 respecto a las estimaciones del FMI anunciadas en enero, entre ellos Argentina, que pasa del 2,5% al 2%, Colombia, del 3% al 2,7%, y Perú del 4% al 3,7%.
En una evaluación política de la región el FMI menciona el impacto económico de las próximas elecciones en Brasil, México y Colombia.
“La incertidumbre política aumenta los riesgos en la implementación de reformas o la posibilidad de reorientar agendas políticas”.
El Fondo también se refirió a las reformas fiscales aprobadas en Argentina a finales de 2017, que consideró “una guía para la disciplina fiscal”. Sin embargo, dijo que se necesitarán “más recortes” del gasto para alcanzar los objetivos de déficit primario.
En su pronóstico para el resto del mundo el FMI confía en que la economía global crecerá a un ritmo del 3,9% este año y el siguiente, ratificando así sus proyecciones del pasado mes de enero.
Pero advierte que se espera que el crecimiento global se suavizará más allá de un par de años”, porque las economías avanzadas, que actualmente crecen por encima de su potencial, regresarán a los niveles habituales, por debajo del ritmo anterior a la crisis, frenadas por el envejecimiento de la población y la débil productividad.
El FMI ha revisado al alza en dos décimas sus pronósticos del pasado mes de enero para Estados Unidos, cuya expansión alcanzará el 2,9% este año y el 2,7% el siguiente, convirtiéndose así en la economía avanzada con mejor evolución gracias, según el organismo, al impacto de la reforma tributaria que entró en vigor en 2018.
En el caso de la zona Euro, el FMI ha mejorado en dos décimas su anterior pronóstico para 2018, hasta el 2,4%, mientras que ha mantenido en el 2% su previsión de crecimiento para el próximo año.
Para las economías emergentes mantiene su previsión del 4,9% en 2018 y mejora una décima la de 2019, hasta el 5,1%. En este grupo se confirma la expectativa que China crezca a un ritmo del 6,6% este año y el 6,4% el siguiente.