Con un impago de deuda, estadísticas económicas dudosas y sanciones del Fondo Monetario Internacional, la ex presidenta de Argentina, Cristina Fernández, dice que ya es tiempo de que se le otorgue un premio Nobel por la manera en que manejó a la segunda economía más grande de América del Sur.
En una entrevista con C5N televisión, Fernández criticó al presidente Mauricio Macri y lo culpó por haber agravado la recesión y tener una inflación cercana al 50%.
También condenó cualquier posible acto de corrupción que pudiera haber tenido lugar durante sus ocho años de gobierno y negó haberlos cometido ella misma.
Macri propone un modelo de país que huele a modelo antiguo, agroexportador, con menos consumo interno. Este modelo necesita precarización, afirmó Fernández.
Y remató: Entregué un país con paritarias libres, el plan de obras públicas más importante del que se tenga memoria; desendeudamos al país como nunca nadie lo había hecho. Lo recibimos en default y lo desendeudamos. Deberían darnos un premio Nobel de Economía en vez de perseguirnos judicialmente.
La economía de Argentina se expandió un promedio del 3,4% anual durante el mandato de Fernández después de que esta gravara el auge de las exportaciones de soja y trigo para financiar subsidios a los servicios de consumo. Al menos eso es lo que calculó su Gobierno.
El periodo se vio empañado por un segundo incumplimiento de crédito en 13 años y las sanciones impuestas por del FMI por manipulación de datos macro-económicos. La nueva administración ha revisado el crecimiento durante ese mismo periodo a un promedio de 2%.
La economía entró en recesión durante sus últimos meses en el cargo y ha seguido así hasta el segundo trimestre.
También hubo controversia con respecto a la inflación. El incremento de precios promedió 25,3% entre octubre de 2008 y septiembre de 2015, de acuerdo con PriceStats, que recopila datos para el Billion Prices Project del MIT, mientras que la administración de Fernández estimó una inflación de alrededor del 10% durante gran parte de su periodo.
Fernández y muchos de los principales miembros de su gabinete han sido objeto de investigaciones acerca del manejo de los fondos del gobierno durante su administración. Hasta ahora Cristina Fernández no ha sido acusada de delito alguno y ha negado que tener conocimiento de cualquier mal uso del dinero público.