El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró este lunes que no quiere ir a la guerra con Irán, aunque advirtió que su país está mejor preparado en caso de que surja un conflicto entre ambos, tras los ataques del pasado fin de semana contra refinerías en Arabia Saudita.
El asesor de seguridad nacional de EE.UU., John Bolton, se reunió este domingo en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y enfatizó que la determinación de la Casa Blanca de no atacar a Irán es una decisión temporal y que no se debe confundir prudencia con debilidad.
Los comandantes militares de Irán dijeron este miércoles que la República Islámica está al borde de una confrontación total con sus enemigos y lista para contrarrestar cualquier amenaza, ante los anuncios de Estados Unidos de enviar tropas a Medio Oriente.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, de visita en Rusia, negó que su país quiera ir a la guerra con Irán, y pidió a Moscú que retire su apoyo al presidente venezolano Nicolás Maduro.
China manifestó su “firme oposición” a las amenazas de Estados Unidos de sancionar a los países que continúen petróleo iraní después que Washington decidiese no renovar la prórroga a la exportación de crudo de Irán.
El gobierno estadounidense anunció este lunes el fin de las exenciones para la compra de petróleo iraní con el objetivo de reducir a cero las exportaciones de Teherán, y aseguró que coordinará el suministro global con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
La aerolínea iraní Mahan Air, la segunda más grande del país, inauguró el lunes oficialmente un vuelo directo entre Teherán y Caracas, en una muestra de las estrechas relaciones entre Irán y Venezuela, ambos países bajo sanciones de Estados Unidos.
El suministro de petróleo de la OPEP anotó en enero su mayor baja en dos años, pues Arabia Saudita redujo su bombeo más de lo comprometido en el pacto de recortes a la producción del bloque, mientras que Irán, Libia y Venezuela tuvieron caídas involuntarias.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán supondrán para las empresas italianas la suspensión de contratos por un importe de 20.000 millones de euros, a pesar de que Italia quedó exenta temporalmente de estas restricciones por su fuerte dependencia del petróleo iraní.
Francia acusó esta semana al ministerio de Inteligencia de Irán de estar detrás de un atentado desarticulado en junio contra una reunión de opositores iraníes cerca de París, lo que Teherán desmiente.