El gobierno argentino dijo el martes que aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que negocia un millonario préstamo, apoya su programa económico, podrá exigir, al igual que los inversionistas extranjeros, que el país se comprometa a trabajar para llegar al equilibrio fiscal lo antes posible.
La decisión sobre el acuerdo que llegaremos con el FMI es enteramente de Argentina. No existe, como ha pasado en otros momentos de nuestra historia, una decisión de pedirle al FMI una política económica. El Fondo ha apoyado este programa económico, dijo a la prensa el jefe del gabinete de Ministros, Marcos Peña.
Consultado por las condiciones que pueda poner el FMI para otorgar el crédito a Argentina -que el país solicitó para paliar las consecuencias de la devaluación y ahondar en su política de reformas graduales-, Peña recordó que están comenzando las conversaciones y no se plantea un escenario en que el organismo llegue a plantear exigencias.
”Sí va a haber una demanda, pero no del FMI, también de los mercados, de que dado este escalón más bajo de confianza (de los inversores hacia el país) nos comprometamos con una aceleración en términos de ir hacia la convergencia fiscal, eso es una responsabilidad de los argentinos, remarcó el portavoz.
En el mismo sentido, señaló que el FMI, cuya directora gerente, Christine Lagarde, elogió la política económica de Macri en su visita a Buenos Aires el pasado marzo, lo que pide es un programa concreto, responsable, que entienda esta nueva situación.
Ese nuevo piso de confianza se produce por dudas que se han generado sobre el compromiso del conjunto de la dirigencia argentina para llegar al equilibrio fiscal, añadió.
El jefe de Gabinete apostó por un gran acuerdo nacional para el presupuesto de 2019. Nos tendremos que sentar todas las partes con una enorme apertura, generosidad y responsabilidad para no mentirle más a la gente. No podemos eternamente seguir pensando que la culpa es de otros. La culpa de que gastemos más de lo que tenemos es de los argentinos y la responsabilidad para solucionarlo es nuestra, matizó.
El contacto con el FMI ha generado un enorme revuelo en Argentina país por la tortuosa relación que el país ha tenido con ese organismo en las últimas décadas: la oposición alerta que exigirá un gran ajuste económico que afectará especialmente a los más vulnerables.
Lo mismo que nos puede plantear el FMI nos lo piden también los acreedores que nos prestan la plata en el mercado, sentenció Peña sobre la necesidad de llegar al equilibrio fiscal lo antes posible.
Peña destacó la confianza que hay en el Banco Central para poder superar todas las turbulencias generadas en el mercado cambiario y reiteró que este año la economía volverá a crecer, aunque distintos factores como la sequía y el impacto de la devaluación pueden llevar a tener un poco menos de crecimiento del previsto.
En cuanto a la influencia de la volatilidad cambiaria en la ya de por sí alta inflación -el Gobierno ya reconoció que se verá afectada- Peña insistió en que los acuerdos sindicales y paritarios tienen en casi todos los casos con cláusula de revisión previendo que pueda haber brecha entre lo que se acordó y la realidad”, para evitar una merma del salario real.