Las elecciones no se decretan u ordenan, se convocan. Y es que el régimen venezolano, con este nuevo disparate, no hace sino más que desvelar el asesinato, no sólo de personas que piensan distinto de maneras tan atroces como ejecutándolos extrajudicialmente –con un ejército completo– para callar y escarmentar, sino también el asesinato de los principios democráticos y republicanos fundamentales mientras pisotean la constitución del país.
Y es que, mientras en los titulares no se deja de hablar sobre la operación de película en la que se “desmanteló” y ejecutó al grupo sublevado del ex agente Oscar Pérez –a pesar de los insistentes anuncios públicos de rendición–, el régimen aprovechó las sanciones individuales impuestas por la Unión Europea contra algunos dirigentes del chavismo para repetir su ya trillado discurso sobre los ataques imperiales contra el pueblo de Venezuela, sólo que ahora su amenaza no fue tan retórica como de costumbre.
Ahora la represalia usada para contrariar la opinión internacional es declarar elecciones anticipadas; Diosdado Cabello –uno de los sancionados por la UE– anunció que la Asamblea Nacional Constituyente decidió, por unanimidad, que las elecciones se adelantarían para dentro de las próximas semanas, antes del 30 de abril. A él se le adelantó el presidente Nicolás Maduro celebrando “Si (la decisión) estuviese en mis manos haría las elecciones este domingo” y es que en teoría habría que esperar a que el Consejo Nacional Electoral –verdadero encargado de anunciar y organizar elecciones– anunciara la fecha, pero eso no importa en el universo político paralelo que es Venezuela. En las declaraciones, Maduro apuntó que lograrían una gran victoria electoral. El sátrapa agregó: “Acá no decidirán ni Trump, ni Santos ni Rajoy. Mariano Rajoy, ponte en cuatro paticas que te vamos a dar una pela”. Maduro terminó recordando que recurrirían a las armas si fuera necesario, con el fin de defender la Revolución Bolivariana.
El anuncio deja muy mal parada a la debilitada Oposición, que a pesar de las críticas, sigue negociando en República Dominicana a pesar de que le hayan pasado por encima con el punto más importante de la agenda, el de las elecciones. Punto que se encontraban discutiendo en las últimas sesiones para que los comicios –que deberían ser a finales del 2018– fueran transparentes y justos.
Resulta que legalmente no hay una fecha definida en la constitución que indique la realización de estos comicios; lo único que está claro es que la banda presidencial debe entregarse el 10 de enero de 2019 (artículo 231 constitucional). Sin embargo, los principios de seguridad jurídica y transparencia aconsejan que la convocatoria a elecciones se realice con suficiente antelación a los fines de poder definir adecuadamente sus reglas, las cuales, de acuerdo con el artículo 298 de la Constitución, no pueden ser modificadas al menos seis meses antes de la elección.
Entre dirigentes opositores hay un gran desconcierto. “Lo que debería ser un anuncio democrático, aquí se anuncia como represalia (…) El que se aplique las sanciones o se levanten, el hecho en sí no puede ser utilizado como una especie de represalia para convocar las elecciones, ese es mensaje definitivo de Diosdado Cabello” dijo el diputado opositor y posible candidato presidencial Henry Ramos Allup.
Las consecuencias internacionales han sido varias. México se retiró de la mesa de dialogo en Dominicana mientras que el embajador colombiano en Caracas fue retirado definitivamente; el Grupo de Lima anunció desde Santiago de Chile ”Rechazamos la decisión de convocar a elecciones presidenciales. (…) Esta decisión imposibilita la realización de elecciones democráticas, transparentes y creíbles. (…) Exigimos sean convocadas con la participación de observadores internacionales independientes”.
Según Der Spiegel, Maduro es un “carnicero”. Y su régimen ya no repara en discreciones respecto a decisiones públicas. Al parecer, no hay salida clara ni pacifica para los venezolanos que quieren un cambio. ¿Votar o no votar? He ahí el dilema que se preguntan los famélicos venezolanos, que según sondeos extraoficiales pasan del 85% los inconformes con el régimen actual. Si votan, ¿Estarían legitimando a un consejo electoral fraudulento? Además de saber el pasado reciente, que involucra resultados sospechosamente fraudulentos, cambios a última hora los centros de votación en zonas opositoras hace solo 30 semanas o el atraso y suspensión del Referéndum Revocatorio. Y si no votan, igualmente estarían abandonando la última instancia democrática que queda. Así están las cosas en la tierra donde las fantasías Orwellianas se han vuelto parte de la realidad, mientras millones pasan las fronteras como sea, hacia donde sea.
Por Sebastián Astorga.