El embajador de la Unión Europea (UE) en Paraguay, Alessandro Palmero dijo que habrá una “situación más clara” luego de la reunión que se hará este jueves 11 en Bruselas entre ministros del Mercosur y la comisaria de comercio europea en un intento por avanzar en las dilatadas negociaciones para un acuerdo amplio de cooperación y comercio entre los dos bloques.
”Se verá si se avanzan o no en las negociaciones para un acuerdo comercial. Estamos en un momento delicado, importante; un momento para el intercambio de ofertas comerciales”, dijo el embajador Palmero al aludir a la reunión que tendrán, el jueves 11 de junio en Bruselas (Bélgica) los ministros y cancilleres del Mercosur con la Comisaria Cecilia Malmström.
El dialogo Mercosur - UE se inició en 1999 con varias interrupciones por falta de consenso en la lita de ofertas y más recientemente, por la reticencia argentina.
Palmero recordó que el encuentro en Bruselas será al margen de la II Cumbre UE-Celac, el 10 y 11 de junio. Esto supondrá una oportunidad para empezar a completar el rompecabezas de la compleja relación comercial entre el bloque y América Latina, en el que aún falta una pieza clave que es el Mercosur, e involucra a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Palmero indicó que en el encuentro se hablará de cómo avanzar en las negociaciones las cuales, apuntó, “no están interrumpidas”.
“Hay muchos puntos sobre la mesa, se tendrá una situación más clara después del 11 de junio”, declaró el diplomático a periodistas. Agregó: “Es una negociación en general, es lo que se discute; estamos muy animados, expectantes”.
Consultado qué falta para que tanto el Mercosur y la UE se pongan de acuerdo, Palmero explicó que la cuestión es que ambos bloques en este momento están finalizando las ofertas. Indicó que “hay diferentes de planos de negociación”.
“Las negociaciones son de a dos. Son los dos que deben ponerse de acuerdo; hay predisposición de ambos lados”, aseveró el diplomático.
Asimismo no es ningún misterio que las presiones sobre una reticente Argentina dentro del bloque han aumentado, particularmente desde que Brasil se ha sumado a la vieja queja de Uruguay y Paraguay sobre la falta de libertad de acción que impone el Mercosur, sometiéndola a una obligación de consenso en definitiva limitante.
En efecto, el Gobierno brasileño luego de una reunión en Brasilia entre Dilma Rousseff y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez ha dicho en forma explícita que el Mercosur debe revisar la llamada Decisión 32/2000, adoptada hace quince años y según la cual todo acuerdo comercial del bloque debe ser negociado en forma conjunta.
Esa “camisa de fuerza” puede romperse en los próximos meses con el cambio de posición de Brasil, que precisamente ha justificado ese golpe de timón en la “urgencia” de llegar a un acuerdo con la UE, en momentos en que la economía del país camina hacia una recesión y su comercio pierde presencia en los mercados mundiales.
La salida de acuerdo a fuentes brasileñas y uruguayas puede estar en que la negociación sea a “velocidades diferentes”, permitiendo a los socios del Mercosur avanzar según sus propios intereses y dar un plazo para la adaptación posterior de los otros miembros.
Según otras fuentes del Mercosur, el momento también es propicio porque a fin de año habrá un nuevo gobierno en Argentina y “todo indica” que las políticas comerciales del país serán revisadas.
La II Cumbre Unión Europea-CELAC que tendrá lugar esta semana en Bruselas supondrá una oportunidad para empezar a completar el rompecabezas de la compleja relación comercial entre el bloque comunitario y América Latina. La UE mantiene acuerdos comerciales con prácticamente todos los bloques que existen en América Latina, salvo el Mercosur, aunque en algunos casos aún no están en pleno vigor pues falta la ratificación parlamentaria, pese a que ya han sido completamente negociados.
También ha suscrito acuerdos con países en forma individual, como México y Chile, que están en proceso de actualización pues entraron en vigor hace casi dos décadas, cuando el mundo comenzó a dividirse en grandes bloques.
En la cita que los próximos días 10 y 11 reunirá a los líderes de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Bruselas también estarán sobre la mesa asuntos políticos, que hoy tienen en Cuba y Venezuela los principales focos de atención.
En el caso de Cuba, el inicio del deshielo de sus relaciones con Estados Unidos y el proceso de reformas económicas en la isla han espoleado a la UE para la búsqueda de un mayor acercamiento.
Aunque la UE es el segundo socio comercial de Cuba, el primer inversor extranjero en la isla y el tercer emisor de turistas, se trata del único país latinoamericano con el que el bloque aún no tiene ningún acuerdo bilateral.
Sin embargo, las cosas parecen comenzar a cambiar y, de hecho, en marzo pasado la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, realizó la que fue la primera visita de un jefe de la diplomacia europea a la isla.
En ese marco, se trató sobre un posible acuerdo entre Bruselas y La Habana basado en el diálogo político, la cooperación y asuntos comerciales y económicos.
En relación a Venezuela, el director de la UE para las Américas, Christian Leffler, ha dicho que el bloque espera que el gobierno de Nicolás Maduro exponga en la cumbre sus “perspectivas” para avanzar hacia unas elecciones parlamentarias “abiertas y equilibradas” que deben celebrarse este mismo año pero aún no tienen fecha.
Esa indefinición y el encarcelamiento de opositores en Venezuela también preocupan a varios países de América Latina, entre ellos el influyente Brasil, que ha instado varias veces al gobierno de Maduro a convocar “cuanto antes” las parlamentarias, que percibe como la “única salida” a la “crisis política” que vive ese país.