El magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil Gilmar Mendes decidió dar marcha atrás con el archivo de una causa contra el expresidente Jair Bolsonaro, informó este lunes la Agencia Brasil.
Una semana después que el ex fiscal general de Brasil Rodrigo Janot revelara que por desavenencias en la Operación Lava Jato intentó matar, pero no se animó, al juez de la corte Gilmar Mendes, para lo cual había entrado armado en 2017 al Supremo Tribunal Federal, otro hecho de características parecidas ocurrió en San Pablo.
El magistrado de la corte suprema brasileña Gilmar Mendes acusó al ex juez Sérgio Moro, hoy ministro del presidente Jair Bolsonaro, y al fiscal de la operación Lava Jato, Deltan Dallagnol, de haber usado como tortura la prisión preventiva para investigar corrupción y sometido a las tinieblas al derecho penal.
El presidente de Brasil Jair Bolsonaro, dio este martes un fuerte respaldo al ministro de Justicia, Sérgio Moro, frente a las sospechas surgidas sobre su actuación como juez en el proceso que llevó a la cárcel al ex mandatario Lula da Silva.
Los esfuerzos de la defensa del ex presidente brasileño Lula da Silva por librarlo de la cárcel en la que está recluido por corrupción, continúan y un nuevo recurso promovido quedó en el aire en la Segunda Sala del Supremo, que suspendió el análisis del caso.
El Juez Gilmar Mendes, que se ha dicho amigo del presidente de Brasil, que preside el Tribunal Electoral Superior, dijo que cualquier fallo tendrá que tomar en cuenta la estabilidad de Brasil y no debería obligar a Michel Temer a renunciar por una razón menor o injustificada.
Las dos primeras sesiones del juicio que amenaza con acabar con la presidencia de Michel Temer dieron lugar a reflexiones sobre los males que aquejan a la democracia de Brasil. Temer es juzgado junto a la ex mandataria Dilma Rousseff por delito electoral.
El presidente de Brasil, Michel Temer, consideró que no cometió ningún error desde que asumió hace casi once meses el máximo cargo del Ejecutivo, en una entrevista publicada por el diario Folha de Sao Paulo.
El mandato del presidente de Brasil, Michel Temer, quedó este martes en manos del Tribunal Superior Electoral, que debe evaluar si hubo irregularidades o delitos de corrupción en la financiación de la campaña vencedora de Dilma Rousseff en 2014, de la que fue vicepresidente y ahora busca ser juzgado en forma separada para evitar ser destituido en caso de condena.
El fiscal general de Brasil recomendó el jueves a la Corte Suprema anular la designación del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva como ministro de Dilma Rousseff, por considerar que se trató de un subterfugio para escapar de la justicia ordinaria en el caso de Petrobras.