El presidente de Brasil, Michel Temer, consideró que no cometió ningún error desde que asumió hace casi once meses el máximo cargo del Ejecutivo, en una entrevista publicada por el diario Folha de Sao Paulo.
Tuve aciertos, aciertos derivados de mucho coraje. Y creo que no me equivoqué en nada, dijo el mandatario, que llegó a la presidencia interina el 12 de mayo de 2016 y asumió en forma oficial el 31 de agosto, en reemplazo de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Además, en la entrevista Temer se refirió a la reforma del sistema de pensiones que su gobierno impulsa y que generó mucha polémica en Brasil.
Cedemos hasta donde podemos, dijo el presidente, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), en referencia a las modificaciones que la ley podría tener en el Congreso.
Y agregó: Lo más importante es fijar una edad mínima, porque hoy las personas se jubilan con 49, 50 años, consignó.
Respecto a su muy criticada relación de amistad con Gilmar Mendes, presidente de la Corte Suprema de Brasil, Temer se preguntó: ¿Cuál es el problema?. ¿No podemos conversar?.
Temer llegó a la presidencia de Brasil tras la destitución de Rousseff, que él impulsó públicamente pese a que ejercía desde 2011 como su vicepresidente.
El principal objetivo de su gobierno hasta ahora consistió en reducir el papel del Estado en la economía brasileña, después de cuatro gobiernos del PT en los que la inversión pública había aumentado enormemente.
Para ello, el año pasado logró aprobar una reforma constitucional que impone límites al gasto estatal durante los próximos 20 años y ahora, junto a sus aliados en el Congreso, se propone reformar los sistemas jubilatorio y laboral en la misma dirección.
Según la última encuesta, publicada por la empresa Ibope el 31 de marzo, sólo el 10% de brasileños aprueba las medidas de su gobierno.