El régimen nicaragüense del ex líder sandinista Daniel Ortega anunció el domingo que la delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) había sido despojada de sus credenciales diplomáticas y, por tanto, expulsada del país.
La alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea y vicepresidenta de la Comisión Europea, Federica Mogherini, llamó al Gobierno de Nicaragua a poner “fin inmediato a la violencia”.
Al menos 38 personas murieron en Nicaragua el domingo durante la jornada más sangrienta de los últimos tres meses, según informó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). La presidente del Cenidh, Vilma Núñez, dijo que 31 eran opositores al gobierno que se encontraban realizando cortes de rutas y calles, cuatro pertenecían a la policía y tres eran miembros de las llamadas fuerzas de choque del Ejecutivo.
El diálogo para pacificar Nicaragua tras dos meses de protestas con 220 muertos, quedó el lunes en entredicho cuando la oposición condicionó su participación a la presencia de organismos internacionales de derechos humanos. La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia abandonó las mesas de trabajo tras acusar al gobierno de incumplir un acuerdo para invitar a los organismos internacionales a ayudar a investigar la violencia contra las sangrientas protestas.
Elecciones anticipadas, reforma constitucional, reforma electoral, son algunas de las propuestas de cambio que la oposición elevó al gobierno de Nicaragua durante el diálogo nacional que busca una salida a la situación desatada en abril contra el régimen de Daniel Ortega.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó el lunes que recibió autorización de Nicaragua para realizar una visita al país y evaluar la situación tras las protestas contra el presidente Daniel Ortega que han dejado decenas de muertos.