Cardama quiere que el acuerdo se lleve a término Mario Cardama, propietario del astillero español encargado de la construcción de dos Buques de Patrulla Oceánica (OPV) para Uruguay, cuyo contrato fue cancelado por Montevideo, insiste en que hubo una estafa contra su empresa, aunque admitió un problema con las garantías. Consideró que el banco que respaldaba la operación —EuroCommerce Limited— era, como mínimo, cuestionable.
El gobierno uruguayo rescindió un contrato de 82 millones de euros con el astillero español Francisco Cardama S.A. para la construcción de dos Buques de Patrulla Oceánica (OPV) tras el descubrimiento de presuntas irregularidades en la fianza de 4,1 millones de euros emitida por la empresa británica EuroCommerce Limited. El presidente uruguayo, Yamandú Orsi, calificó la situación de presunto fraude o estafa. El propietario del astillero negó cualquier intención de defraudar y afirmó que su empresa también fue víctima.
Si el gobierno uruguayo dice que los estafé, no, en realidad, todos estamos estafados, si es por su culpa, argumentó Cardama. El Banco EuroCommerce me ha engañado; me dieron una garantía cuando perdieron la capacidad de darla. Si están en liquidación, no pueden darme una garantía. Ya les he exigido formalmente que me digan qué pasó.
El embajador de Uruguay en el Reino Unido, Luis Bermúdez, intentó ejecutar la garantía en el domicilio previamente asociado con EuroCommerce, pero en lugar de un banco encontró una agencia inmobiliaria. Cardama informó una nueva dirección según el sitio web del banco. Se trata de un edificio multiusos que alberga a miles de otras empresas. El sitio web de EuroCommerce utiliza una imagen de archivo de una institución financiera canadiense.
En medio de todas estas irregularidades, Cardama argumentó que su acuerdo posterior con EuroCommerce era completamente independiente y afirmó que no era razonable que tuviera que verificar la propiedad final de un banco.
Doy 40, 50 o 60 avales al año. Es normal. No se me ocurriría llamar a Santander para preguntar quién es el propietario, justificó. A pesar de las irregularidades, Cardama presiona para que se cumpla el contrato, argumentando que la garantía es una cuestión accesoria al contrato.
Nuestro contrato no es una garantía; consiste en construir dos barcos y entregarlos por 82 millones de euros, declaró, proponiendo una solución alternativa: Si esta cuestión accesoria, administrativa, está mal, lo lógico es llamarme y decirme: 'Señor Cardama, esto está fallando, ¿cómo lo arreglamos?'. Y yo les digo: 'Bueno, denme unos días y les presentaré otras opciones de garantía. Y vosotros las elegís'.