Las autoridades sanitarias chilenas registraron 98 muertes atribuibles a la Covid-19 entre el 1 de enero y el 22 de marzo de 2025, con un total de 5.191 casos confirmados. Las personas fallecidas tenían un promedio de 76,5 años, con una distribución casi equitativa entre géneros, siendo los pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes los más afectados.
Expertos como Paula Daza, Enrique Paris y Sebastián Ugarte enfatizan la necesidad de intensificar los esfuerzos de vacunación, en un contexto de fatiga pandémica y comunicación insuficiente que dificultan la participación.
Proponen combinar las vacunas contra la Covid-19 y la gripe, utilizando unidades móviles para grupos de alto riesgo y campañas de comunicación pública para enfatizar la importancia de la vacunación. Asimismo, subrayaron que una mayor educación, comunicación y vacunación accesible son estrategias clave para reducir la mortalidad. Los especialistas destacaron que el 44% de las pruebas de virus respiratorios dieron positivo en la semana 12, frente al 34,3% en la semana 11, siendo las personas mayores y las no vacunadas o con una vacunación insuficiente las que presentan mayor riesgo.
Es importante comprender que el virus es una afección respiratoria que se desarrolla particularmente en personas con enfermedades de riesgo, como enfermedades crónicas, hipertensión, diabetes y en personas de la tercera edad, quienes generalmente padecen enfermedades crónicas. Una infección como el coronavirus puede causar una enfermedad grave. La persona puede terminar hospitalizada y, a veces, sobreinfectarse, contraer otras enfermedades y, obviamente, lamentablemente, puede fallecer, enfatizó la exsubsecretaria de Salud Pública Daza.
Lo cierto es que, si analizamos las cifras, tenemos casos persistentes de Covid en el país, que siguen apareciendo, y también tuvimos 66 pacientes hospitalizados por Covid en la última semana. En general, los pacientes más graves se caracterizan por ser adultos mayores, mayores de 65 años», dijo Ugarte, quien dirige la Unidad de Pacientes Críticos de la Clínica Indisa.
Normalmente, las personas que no tienen suficientes anticuerpos fallecen. Pueden ser personas que no se han vacunado o que se vacunaron hace mucho tiempo; adultos mayores con inmunosenescencia y personas con enfermedades crónicas que complican la COVID-19, explicó también el exministro de Salud Paris.
Asimismo, Daza señaló que la ralentización de la vacunación se debió a la fatiga pandémica, sumada a la falta de información o comunicación suficiente sobre la importancia de la campaña de vacunación contra la Covid-19.
Es muy importante que, al igual que se comunica la campaña de vacunación contra la influenza, la gente se vacune contra la Covid-19, añadió.
Tenemos que establecer estrategias nacionales, pero también centradas en aquellos grupos donde sabemos que las personas necesitan vacunarse, insistió Daza.
Se necesita una campaña de comunicación de riesgos muy sólida para vacunarse. ¿Por qué? Protege y evita el ingreso a la unidad de cuidados intensivos; protege y evita la muerte. No previene la infección, pero evita males mayores, y esto debe prevenirse, señaló Paris.
Además del mensaje comunicacional que el gobierno debería transmitir (para fomentar la vacunación), la mayoría de las enfermedades causadas por virus respiratorios pueden confundirse con un resfriado común en sus formas más leves, al menos inicialmente. Y solo los casos más graves tienen una evolución más característica, lo que lleva a sospechar que se trata de una enfermedad por Covid-19 o una influenza grave”, advirtió Ugarte. (Fuente: La Tercera)