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Aranceles del 25% de Trump: El gobierno de Lula prefiere la negociación a las represalias

Jueves, 13 de marzo de 2025 - 10:59 UTC
La orden de Lula es negociar, explicó Haddad La orden de Lula es negociar, explicó Haddad

El gobierno brasileño criticó la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio. Se prevé que esta medida proteccionista cause al país sudamericano pérdidas de exportaciones por alrededor de 1.500 millones de dólares, afectando principalmente a los productos semiacabados. A pesar de su posible impacto en el sector siderúrgico, se proyectan efectos mínimos en el PIB y las exportaciones totales de Brasil. El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva prefiere la negociación a las represalias.

Entre otras posibles medidas, el gobierno de Lula anunció este miércoles que evaluaría la posibilidad de recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC), una institución multilateral cuya función es regular el comercio internacional, negociar normas, gestionar acuerdos comerciales y resolver disputas. Brasil y Estados Unidos son dos de los 166 países miembros de la OMC, que abarca el 98% del comercio mundial. Los impuestos definidos por Trump constituyen una forma de proteccionismo para las empresas siderúrgicas estadounidenses, que ahora competirán con ventaja con productos importados, que serán más caros en Estados Unidos.

Brasil es uno de los principales países afectados, al ser un importante exportador de metales a Estados Unidos. Según la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, Estados Unidos es el destino del 54% de las exportaciones brasileñas de hierro y acero.

En una nota conjunta publicada por los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios el miércoles por la tarde, el gobierno brasileño lamenta la decisión. “Estas medidas tendrán un impacto significativo en las exportaciones brasileñas de acero y aluminio a EE. UU., que en 2024 ascendieron a unos 3.200 millones de dólares”.

El gobierno brasileño muestra su apoyo al sistema multilateral de comercio y considera la imposición de barreras unilaterales “injustificable e incorrecta”.

La nota destaca el historial de cooperación e integración económica entre ambos países y utiliza datos del propio gobierno estadounidense para demostrar que Washington tiene una balanza comercial positiva con Brasil. “Estados Unidos mantiene un superávit comercial de larga data con Brasil, que en 2024 fue del orden de los 7.000 millones de dólares estadounidenses, solo en bienes”, se explicó.

El texto resalta además la relación de “complementariedad mutuamente beneficiosa” entre Brasil y Estados Unidos, citando el hecho de que ser el tercer mayor importador de bobinas de acero estadounidenses (1.200 millones de dólares estadounidenses) y el mayor exportador de acero semiacabado a ese país (2.200 millones de dólares estadounidenses, el 60% del total de las importaciones estadounidenses), un insumo esencial para la propia industria siderúrgica estadounidense. El comunicado finaliza anunciando que el gobierno buscará, en coordinación con el sector privado, defender los intereses de los productores nacionales junto con el gobierno estadounidense.

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, afirmó que la orden del gobierno era negociar y no tomar represalias contra las importaciones procedentes de Estados Unidos. “El presidente Lula dijo 'mucha calma en este momento'. Ya hemos negociado en otras ocasiones en condiciones mucho más desfavorables que esta”, señaló tras reunirse con líderes de la industria, quienes elaboraron un informe con argumentos para la negociación.

Según Haddad, se elaborará una nota técnica sobre las propuestas de las siderúrgicas brasileñas para enviarla al vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, Geraldo Alckmin.

El Instituto Brasileño del Acero (IAB) y la Confederación Nacional de la Industria (CNI) insistieron en que es necesario esforzarse por alcanzar un acuerdo con la administración Trump mediante negociaciones. Mientras tanto, el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) publicó un informe el miércoles que prevé que los aranceles del 25% “podrían tener un impacto importante en el sector de metales ferrosos en Brasil”, con una caída del 2,19% en la producción, una contracción del 11,27% en las exportaciones y una reducción del 1,09% en las importaciones.

”El mercado norteamericano afecta directamente a más del 10% de la oferta del sector. Y la dependencia de este mercado es aún mayor en el caso de los productos semiacabados (placas y lingotes), dado que cerca del 90% de las ventas brasileñas a EE.UU. se concentran en estos productos“, señaló el documento.

Estados Unidos es el principal mercado externo del acero brasileño y, a pesar de las cifras y porcentajes de exportación superlativos, la proyección del Ipea prevé un impacto bajo en otros sectores. En la economía en su conjunto, ”el impacto en Brasil sería insignificante“. Según el Ipea, el efecto podría ser del ”0,01% del PIB y del 0,03% de las exportaciones totales“.

Aunque prevé efectos menores, el Ipea recomienda diálogo y consideración en la reacción de Brasil. ”Negociar es, sin duda, la mejor opción, incluso porque Brasil puede usar el argumento de que Estados Unidos registra un superávit comercial con Brasil“.

”En cuanto a una posible represalia, en forma de restricción a las importaciones estadounidenses, es necesario ser muy cauteloso y evaluar cuidadosamente sus impactos”, advirtió también el Ipea.

Los productos estadounidenses con mayor volumen importado por Brasil son fertilizantes y compuestos nitrogenados. Por lo tanto, el aumento de aranceles podría incrementar los costos de producción para la agricultura brasileña y para la propia industria siderúrgica.

(Fuente: Agencia Brasil)