Ante las reacciones encontradas de los líderes regionales, la cancillería de Honduras anunció la suspensión de la cumbre híbrida de emergencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) convocada para el 30 de enero. Xiomara Castro, que ocupa la presidencia de turno del grupo, había lanzado la iniciativa tras el tira y afloja entre Donald Trump y Gustavo Petro por las condiciones bajo las cuales los deportados colombianos eran devueltos desde Estados Unidos a su país natal.
Tras decir al mundo que lucharía por la región, la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo que no asistiría al encuentro ni en persona ni telemáticamente, quizá por miedo a acabar retrocediendo como Petro, que accedió a la postre a todas las exigencias de Trump, aunque a un costo para los colombianos necesitados de una visa para viajar a Estados Unidos. El mensaje de Sheinbaum desencadenó un aluvión de incomparecencias confirmadas, lo que obligó a Castro a volver sobre sus pasos para evitar un mayor bochorno.
En el ejercicio de la Presidencia pro témpore, Honduras lamenta que en el caso de Haití y en esta crisis humanitaria de migrantes, recibamos una vez más la oposición sistemática de países miembros que han privilegiado otros principios e intereses distintos a los de la unidad de la región latinoamericana y caribeña como comunidad, dijo el Gobierno hondureño en un comunicado.
Tegucigalpa también insistió en que mantendrá la búsqueda de consensos para resolver los problemas derivados de la política migratoria de Trump, mientras Castro anunció un plan para proteger a los migrantes en general y en particular a los hondureños que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos. Los migrantes no son delincuentes, son seres humanos y debemos tratarlos como tales. Migrar es un derecho humano, no un delito, afirmó.
La cumbre de la Celac pretendía abordar temas críticos la situación humanitaria en Haití y las políticas migratorias de Estados Unidos en la región. Otro tema sobre la mesa era el asalto de Ecuador a la embajada de México en Quito para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, que había pedido asilo tras ser condenado por corrupción.
Tras el fracaso de la connvocatoria de Honduras, Sheinbaum dijo que era demasiado pronto para hablar de una ruptura latinoamericana y subrayó que aún no se conocían las causas de la cancelación. La semana pasada, Sheinbaum subrayó durante sus conversaciones con los presidentes Bernardo Arévalo, de Guatemala, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, la importancia de la Celac para la unidad latinoamericana, sobre todo como alternativa a la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, mientras que la Celac no incluye a Estados Unidos y Canadá. Pero tras la indigna marcha atrás de Petro frente a Trump, Sheinbaum aplacó su tono desafiante. Petro, que recogerá en breve la presidencia rotatoria de la Celac de manos de Castro, fue de los pocos que confirmó su presencia en Tegucigalpa.