Las protestas en todo Perú exigiendo la renuncia del presidente Pedro Castillo Terrones han dejado un muerto y al menos 25 agentes del orden heridos, se informó.
Manifestantes de los sindicatos de camioneros se enfrentaron con la policía tras montar varios cortes de ruta, a los que se sumaron asociaciones agrarias desde principios de esta semana.
Castillo había decretado un toque de queda el martes en una medida para controlar los crecientes disturbios, pero fue revocado tan pronto como el jefe de Estado se dio cuenta de que solo había empeorado las cosas en Lima y El Callao.
El ministro del Interior, Alfonso Chávarry, dijo a periodistas el miércoles que 25 agentes resultaron heridos tras ser golpeados con piedras y palos por decenas de manifestantes. La policía los repelió con gases lacrimógenos.
Los manifestantes intentaron incendiar el Palacio de Justicia. También saquearon las oficinas así como un comercio aledaño y apedrearon la fiscalía y el Tribunal Electoral, y destrozaron cajeros automáticos.
Las nuevas protestas fueron impulsadas por el aumento del precio del combustible, los alimentos y los fertilizantes. Hasta el momento cuatro personas han muerto en los distintos disturbios.
El toque de queda fue el primero desde los decretados por el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien ahora se encuentra en prisión por crímenes de lesa humanidad.
El ministro de Defensa, José Gavidia, dijo que el toque de queda fue motivado por información de inteligencia que indicaba que los hechos de violencia se iban a generalizar, especialmente en el centro de Lima, por lo que había que extremar las medidas.
En Ica, cientos de manifestantes bloquearon por tercer día el miércoles la vía clave a lo largo de la costa del Pacífico que conduce a Lima. Los viajeros quedaron varados mientras que los policías, superados en número, no lograron despejar el área.
Dos importantes diarios peruanos -El Comercio y La República- acordaron en sus editoriales del miércoles que Castillo debe dejar el poder.
“A estas alturas su incompetencia luce incorregible, su presidencia insostenible y su renuncia, la mejor salida a la situación de desgobierno en que nos encontramos”, dijo El Comercio.
La República escribió que es hora exacta de que renuncie Castillo, que asuma la vicepresidenta Dina Boluarte y que se convoque a elecciones generales. Es hora de que se vayan todos.
El presidente había admitido la semana pasada en el Parlamento que Perú atravesaba una crisis económica, que atribuyó a la pandemia de COVID-19 seguida del reciente conflicto entre Rusia y Ucrania.
La inflación mensual de marzo fue de 1,48%, la más alta en 26 años. En febrero de 1996 había sido del 1,53%.
Después de ocho meses en el cargo, Castillo tiene una imagen negativa del 68%, según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos. El presidente ha reorganizado su gabinete en cuatro ocasiones, luego de designar descuidadamente a funcionarios clave, muchos de los cuales están bajo investigación por presunta corrupción y se vieron obligados a renunciar.
A pesar de la mala percepción pública de Castillo, los miembros del Parlamento unicameral tienen una imagen negativa del 79%.
Castillo aún no ha nombrado sucesor al ministro de Salud, Hernán Condori, quien fue destituido la semana pasada por el Congreso por promover productos sin aval científico y cuya gestión redujo la vacunación contra la COVID-19.