La prensa oficial china criticó al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, después de que este pidiera a los líderes de Latinoamérica mantener los ojos muy abiertos ante las inversiones del gigante asiático, comentarios tildados por medios chinos de ignorantes y maliciosos.
Sus comentarios dejan al descubierto la actitud intimidatoria de Estados Unidos en la región, pero los días en que Washington podía dictar su voluntad a estos países están ya muy lejos. EE.UU. no logrará interrumpir los legítimos lazos que China mantiene con ellos, señala un editorial del periódico China Daily.
En una entrevista con el canal de televisión local, Pompeo dijo que ”cuando los países de la región realicen inversiones (con otros países), entre ellos China, lo hagan de un modo que sea consistente con leyes internacionales que sean positivas para el pueblo. Según el funcionario estadounidense, la advertencia viene de que en algunas partes del mundo China ha invertido y ha dejado a los países en una peor situación y esto jamás debería ocurrir.
Son acusaciones huecas, un síntoma de sus propias inseguridades en la región, y no se basan ni en los hechos ni en la realidad, dice el rotativo chino, que asegura que el país asiático siempre busca la cooperación con otras naciones bajo el espíritu del respeto, la equidad y el beneficio mutuo.
También el periódico estatal Global Times apuntó que los comentarios de Pompeo son irrespetuosos, y que Estados Unidos está tratando de abrir una brecha entre las crecientes relaciones chino-latinoamericanas. Panamá, en concreto, rompió sus relaciones diplomáticas con Taiwán en junio del año pasado y estableció relaciones con China, y después otros dos países latinoamericanos, El Salvador y República Dominicana, siguieron el mismo camino.
Washington está disgustado por ello. El mes pasado reprochó a diplomáticos de esos tres países sobre sus decisiones de no reconocer más a Taiwán, lo que supone una obvia interferencia en la soberanía de estos países, señala. Según el medio, EE.UU., está haciendo todo lo posible para fomentar la disensión entre China y América Latina, pero no logrará que sus comentarios ignorantes y maliciosos influyan en estos países, que saben bien sopesar sus intereses.
El continuo cruce de declaraciones entre EE.UU. y China se produce en el contexto de la guerra comercial que mantienen desde julio, cuando Trump impuso aranceles a las importaciones chinas del sector tecnológico y el país asiático respondió con medidas análogas que afectan principalmente a bienes agrícolas. El pasado mes de febrero se produjo una polémica similar cuando el entonces jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, pronunció un incendiario discurso en el que advirtió a Latinoamérica del avance de los predadores Rusia y China, quienes solo se preocupan del beneficio propio”.