El hambre alcanzó a 821 millones de personas en 2017 a nivel mundial, de los cuales unos 39 millones son latinoamericanos, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La cifra representa un deterioro del 6,1% en América Latina y el Caribe respecto a años anteriores y podría deberse a la desaceleración económica en Sudamérica, marcada especialmente por el caso de Venezuela, explicó este martes el organismo.
El informe del organismo revela además que más de 150 millones de niños en el mundo sufren retraso del crecimiento, lo que pone en peligro el Objetivo de Desarrollo Sostenible de alcanzar el Hambre Cero para 2030.
Desde hace tres años el numero de personas en situación de subalimentación ha aumentado, alcanzando los niveles registrados hace una década.
La ONU, a través del director de Estadística la FAO, José Rosero, informó que el crecimiento del hambre en la región latinoamericana creció marcado especialmente por la crisis humanitaria vivida en Venezuela, donde la subalimentación alcanzó a 3,7 millones de venezolanos en el periodo 2015-2017.
El informe indica que la persistencia de los precios bajos para la mayoría de los productos básicos exportados, especialmente el petróleo, probablemente ha provocado que merme la capacidad de importar alimentos, la inversión de los gobiernos en la economía y su capacidad proteger a las personas más vulnerables ante la reducción de los ingresos fiscales.
En el caso venezolano, el informe refleja una arista de la crisis humanitaria del país desde el cual han emigrado 2,3 millones de personas, según la Oficina Internacional para las Migraciones (OIM).
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, quien asumió su cargo el pasado 1 de septiembre, habló el lunes por primera vez ante esta instancia, mencionando el caso de Venezuela, el cual fue seguido y denunciado por su predecesor, Zeid Ra'ad Al Hussein.
Bachelet indicó que, desde la publicación en junio del informe del Alto Comisionado, la instancia continuó recibiendo información sobre violaciones de los derechos económicos y sociales, como los casos de muertes relacionadas con la malnutrición o las enfermedades que se pueden evitar, así como las violaciones de los derechos civiles y políticos.
Destacó además que el gobierno de Venezuela no ha dado muestras de apertura, aún tras reunirse con el canciller de ese país, Jorge Arreaza, el lunes pasado, quien calificó de cordial y productivo el encuentro con la Alta Comisionada.
Zeid había pedido en septiembre de 2017 una investigación internacional sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades venezolanas, estimando que podrían haberse cometido crímenes contra la humanidad. Sin embargo, el organismo nunca fue autorizado a entrar al país y no se obtuvo la investigación.