El crecimiento de la economía de China se enlentecerá ligeramente en 2018 hasta el 6,6% y se moderará gradualmente en los próximos cinco años, según pronosticó en Beijing una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El crecimiento económico se aceleró en 2017 por primera vez desde 2010, impulsado por el rebote cíclico del comercio global. Se espera que esta fortaleza se debilite ligeramente en 2018. El equipo pronostica un crecimiento anual en 2018 del 6,6 % y que se modere gradualmente hasta el 5,5% en 2023, señaló la institución.
El equipo, liderado por James Daniel, director adjunto para Asia y el Pacífico del FMI, ha visitado Beijing y Shenzhen -ciudad al sur de China conocida como el Silicon Valley del país- desde el 17 de mayo, en que han presentado en rueda de prensa la revisión anual de la economía china en un informe conocido como artículo IV.
Durante este periodo se han reunido con responsables del Gobierno, el Banco Popular de China (central), empresas privadas e instituciones educativas para intercambiar visiones sobre las perspectivas de crecimiento económico del país, la evolución de las reformas y los retos a los que se enfrenta el gigante asiático. Además de arrojar una cifra de crecimiento esperado, el FMI afirmó que la economía china está evolucionando de forma positiva y que las reformas están haciendo buenos progresos.
En concreto, destacaron que la reducción del riesgo del sector financiero se ha acelerado, con una amplia gama de medidas decisivas; ha bajado el aumento del crédito; ha progresado la reducción del exceso de capacidad industrial; se han intensificado los esfuerzos contra la contaminación y ha continuado la apertura.
El equipo del FMI felicitó al Gobierno de Beijing por reorientar su política de crecimiento basada en la cantidad hacia una que busque la calidad, aunque eso signifique unas cifras más moderadas.
Hay que cambiar el modelo desde uno impulsado por la inversión hacia otro basado en el consumo, lo que dará lugar un ambiente más económico más saneado y reducirá los riesgos del sector financiero, subrayó Daniel, quien insistió en que los anteriores altos niveles de crecimiento no son sostenibles y hay que atajarlos.
Otras recomendaciones que hicieron a las autoridades chinas es que permitan a las fuerzas del mercado tener un papel decisivo en la economía, reduciendo el poder del sector público en muchas industrias y asegurando una competición justa, que aceleren su proceso de apertura y modernicen su regulación.
En relación a la batalla comercial entre China y Estados Unidos, recordaron que las tensiones comerciales no benefician a nadie y que pueden ser perjudiciales en dos sentidos: por el impacto directo de los aranceles en el comercio y por el efecto de la incertidumbre en la confianza de inversores y consumidores.
En este sentido, celebraron los esfuerzos recientes para diluir las tensiones comerciales y señalaron que éstos deben continuar para buscar un acuerdo que refuerce la economía global. El FMI destacó también el potencial del megaproyecto chino de inversión en infraestructuras conocido como las Nuevas Rutas de la Seda, que puede fomentar la conectividad y eliminar barreras comerciales, aunque en cada decisión de inversión los recursos deben ser asignados de forma apropiada.
Su éxito se acentuará si se desarrolla en un marco global, con buena coordinación y atención a la sostenibilidad de la deuda en los países en los que se invierta, alertaron.