La recesión en Brasil será más profunda este año de lo que se esperaba antes del “efecto Trump”, con lo que las expectativas económicas para 2017 también empeoraron, al punto que analistas de la mayor economía latinoamericana descartan la tibia recuperación por la que apostaban.
A pocos días de celebradas las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el mercado brasileño revisó a la baja sus proyecciones para 2016 -por sexta semana seguida- y ahora prevé que la economía caerá 3,37%.
Según el boletín Focus, elaborado a partir de las estimaciones de bancos y consultoras, y publicado cada lunes por el Banco Central, la previsión actual es 0,23 puntos porcentuales peor que la registrada en septiembre.
Para 2017, precisa la Agencia Brasil, el pronóstico de avance del Producto Interno Bruto (PBI) cayó por cuarta vez consecutiva, a 1,13%.
El triunfo del candidato republicano Donald Trump preocupa mucho al mercado brasileño, afirmó el analista Mauro Halfield, del multimedios Globo.
La hipótesis de que el próximo gobierno norteamericano eleve sus barreras a los productos de Brasil conspira con la estrategia de recuperación económica trazada por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.
Por lo pronto, el boletín Focus prevé que las tasas de interés caerán sólo 0,25% este mes, cuando la semana pasada se apostaba a que la reducción sería del 0,50%. La actual tasa de referencia es del 14% anual y una reducción más lenta no contribuye para atenuar la caída económica en 2016, ni para una eventual reactivación en 2017, observan los especialistas.
Añaden que las chances de una expansión fiscal más fuerte en EE.UU., que ya elevó las tasas de los títulos del Tesoro norteamericano, presionará a las monedas de las economías emergentes.
El pesimismo sobre la economía brasileña se asienta además en cifras decepcionantes sobre la performance del comercio y la industria durante el tercer trimestre. En esa línea los analistas del país vecino creen que la inflación se ubicará en torno de 6,84% este año y de 4,93% en 2017, por debajo de lo esperado hasta ahora.
El frágil escenario anterior a la elección de Trump mostraba caídas durante octubre en áreas clave, como la producción de automotores y de cemento, lo que frustró las esperanzas de un repunte en el cuatro trimestre.
Entre julio y septiembre la producción industrial cayó 1,1% frente al segundo trimestre, mientras las ventas en el comercio retrocedieron 2,7%.
La tendencia para los últimos tres meses del año hacen prever una nueva baja del PBI de 0,2%, con lo que 2016 cerraría con un retroceso de 3,5%, según declaraciones periodísticas de Fernando Rocha, economista jefe de JGP Gestión de Recursos, desde San Pablo.
Rocha dijo al diario especializado “Valor” que la recuperación tendrá que apoyarse en la inversión, frente a la baja del consumo ligada al deterioro del mercado laboral, con una destrucción de 100.000 empleos formales por mes y una masa salarial en caída.
Igor Velecico, economista del banco Bradesco, proyecta a su vez una caída del producto de 3,6% para este año, mientras Cristiano Oliveira (del banco Fibra) extiende la baja hasta 3,7%.
En este escenario empieza a desvanecerse la esperanza de una clara recuperación de la economía brasileña: Oliveira, por lo pronto, redujo de 0,9 a 0,5% su proyección de repunte en el primer trimestre del año próximo.
Rocha y Velecico, que aguardaban un crecimiento de 1,5% para 2017, ahora dicen que no será fácil llegar al 1%, y la peor expectativa la suscribe José Francisco de Lima Goncálvez, quien mantuvo su pronóstico de baja del PBI de Brasil -3,3% en 2016- pero lo bajó de 0,5% a cero para el año que viene.