El ministro de Finanzas Joaquim Levy, dijo en Londres que Brasil debe “pensar a lo grande” para impulsar su economía, a fin de lograr una mayor competitividad. Levy se encuentra en la capital británica, donde se reunió con el titular de Economía del Reino Unido, George Osborne, en el marco del primer Diálogo Financiero y Económico entre ambos países para estrechar lazos y analizar las posibilidades de inversión en proyectos de infraestructura y servicios financieros.
En una rueda de prensa este viernes en la Embajada de Brasil, el ministro brasileño opinó que su país debe ser ambicioso y asumir desafíos para solventar su déficit fiscal y conseguir que su economía sea “eficiente”.
Brasil, que está en recesión, prevé un déficit primario récord para este año, de unos 51.800 millones de reales (13.282 millones de dólares) o el equivalente al 1% del Producto Interior Bruto (PIB).
“Brasil se encuentra realmente en una encrucijada, con un cambio importante en el entorno económico en el que hay que trabajar en los próximos años”, señaló Levy.
El titular de Finanzas incidió en que su país debe ser ambicioso y “pensar a lo grande”, asumiendo “retos”, al tiempo que reconoció que existen aspectos “en el corto plazo” que deben ser abordados por ese Gobierno, como el déficit presupuestario.
En esta línea, reconoció la necesidad de acometer “reformas estructurales” y “otros cambios importantes”.
“Nuestro trabajo es preparar a la economía brasileña para un auténtico cambio, para que sea más competitiva, para aumentar la productividad, para poder mantener los niveles de ingresos en aumento de los últimos años en un entorno diferente”, observó.
En este contexto, el político destacó la relevancia de “atraer nuevos inversores” o “simplificar la vida de las empresas”, a fin de impulsar la economía nacional.
Según Levy, tan pronto como Brasil “solucione el problema fiscal y logre una perspectiva fiscal sólida, volverá la demanda”. “Veremos crecimiento, expansión fiscal, en cuanto se disipen las dudas sobre el fisco”, resaltó.
La comparecencia del ministro se produjo el mismo día en que se publicaron las cifras del paro en Brasil, que subió al 8,7% de la población activa en el trimestre concluido en agosto pasado.
El Gobierno brasileño ha puesto en marcha un plan de austeridad para corregir sus deficitarias cuentas fiscales, que ha contribuido a desacelerar la economía.
El paquete de medidas incluyó una subida de los tipos de interés, restricciones al crédito y al gasto público, y una subida de impuestos, lo que ha desincentivado la inversión y el consumo.
La alta inflación, que alcanza un 7,64 % en los primeros nueves meses del año, y el encarecimiento del crédito también han contribuido a enfriar el consumo de las familias, tradicionalmente el motor de la economía brasileña.