MercoPress. South Atlantic News Agency
Lula promete a sindicatos que Dilma vetará la ley de tercerización
“Es necesario asegurar al trabajador la garantía de los derechos conquistados en negociaciones salariales y proteger la previsión social”, sostuvo Rousseff 
Lula da Silva participará de la concentración con los sindicatos y prometió que una vez en sus manos, Rousseff vetará el proyecto de tercerización La presidenta de Brasil, Dilma Roussseff, garantizó a los sindicatos que el Gobierno mantendrá los “derechos históricos” de los trabajadores, a pesar del plan de ajuste fiscal lanzado por el Ejecutivo para equilibrar las cuentas públicas.
La mandataria se reunió con un grupo de sindicatos en el palacio presidencial de Planalto, la víspera del Primero de Mayo, cuando algunas de las principales sindicales del país han convocado marchas contra la reforma laboral aprobada por la Cámara de Diputados.
La reforma, que flexibiliza las normas para tercerizar la contratación de empleados, contó con el apoyo de los partidos de oposición y formaciones oficialistas, pero ha sido rechazado por el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), los sindicatos y la propia presidenta.
El ex-presidente Lula da Silva, quien está previsto que participe en la concentración organizada por los sindicatos en Sao Paulo, afirmó esta semana que, una vez en sus manos, Rousseff vetará el proyecto de ley que posibilita la tercerización de todas las actividades.
Rousseff no se ha pronunciado sobre el posible veto pero afirmó en su encuentro con los sindicatos que “la reglamentación necesita mantener la diferencia entre las actividades fin y las actividades intermedias en los diferentes sectores de la actividad económica”.
“Es necesario asegurar al trabajador la garantía de los derechos conquistados en las negociaciones salariales y proteger la previsión social de la pérdida de recursos”, comentó la jefa de Estado.
Rousseff desistió de grabar un mensaje conmemorativo por el Día del Trabajo para ser exhibido en televisión el 1 de mayo, como lo hizo en sus primeros cuatro años de Gobierno, tras los abucheos y “cacerolazos” que se escucharon en varias ciudades en su último pronunciamiento.
