Al parecer, la polémica por el inicio de su segundo mandato ya quedó en el pasado para Nicolás Maduro. Luego de las variadas llamadas de países y agrupaciones continentales para no reconocer su nuevo periodo, el mandatario venezolano decidió hacer caso omiso y seguir con sus tareas gubernamentales. Y no tiene una labor fácil.
En una conferencia de prensa anual, el canciller ruso dijo que el enfoque de Estados Unidos hacia Venezuela muestra que continúan los esfuerzos del país norteamericano por tratar de socavar a los gobiernos que no le gustan alrededor del mundo.
El Parlamento de Venezuela, controlado por la oposición, aprobó este martes por mayoría declarar al mandatario Nicolás Maduro como usurpador de la presidencia en un debate que les tomó menos de dos horas.
El Ministerio de Relaciones exteriores expresó este lunes, mediante un comunicado, su “honda preocupación” respecto a la “grave crisis institucional” y los “actos de amedrentamiento” que desembocaron en la detención y posterior liberación del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, por parte de efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Este domingo por media hora estuvo detenido el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, luego que su vehículo fuera interceptado por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Esto, mientras viajaba al estado de Vargas, cerca de Caracas, para participar en un cabildo abierto en Caraballeda.
Un caos político y social afecta a Venezuela y los tiene divididos entre los que apoyan a Nicolás Maduro y a Juan Guaidó, el líder opositor. Pero la división no sólo es interna. Muchos países jan manifestado su rechazo absoluto al mandato de Maduro y han exigido que Guaidó sea el Presidente legítimo. La semana pasada cuando Maduro asumió el poder varios presidentes de América del Sur se comunicaron con Juan Guaidó para entregarle todo su apoyo, a la vez que se instaba a transferir de forma provisional el Poder Ejecutivo a la Asamblea Nacional para que se realicen pronto nuevas elecciones democráticas, libres y transparentes”.
El gobierno de Nicolás Maduro calificó la detención el domingo del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como una situación “irregular” y “unilateral”, comunicando que los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) ya habían sido destituidos e investigados.
Funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) retuvieron al diputado Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) y encargado de la Presidencia de Venezuela, cuando se dirigía a un cabildo abierto en el norte del país. Minutos después, el parlamentario fue liberado y llegó a la convocatoria con la mano herida y asegurando que las Fuerzas Armadas no quieren a Nicolás Maduro, presidente considerado “de facto” por el parlamento y parte de la comunidad internacional.
Parecía indudable que, a partir del 10 de enero, Venezuela iba a experimentar una alta incertidumbre. Nicolás Maduro juramentó la presidencia para el período de gobierno 2019-2015 frente al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), cuando la constitución de ese país dicta que es frente al Parlamento que el presidente debe presentar la toma de posesión. Tanto la comunidad internacional como la Asamblea Nacional (AN), de mayoría opositora y declarada en desacato por el TSJ, tachan a Maduro de usurpador. La ilegitimidad del mandatario es discutida a nivel global y se reconoce a Juan Guaidó como presidente interino de la República.
La opositora Asamblea Nacional de Venezuela ofrecería en un proyecto de ley garantías a militares y funcionarios que desobedezcan al presidente Nicolás Maduro y colaboren con un proceso de transición, según diputados e informes de prensa.