La presidenta brasileña, acosada por protestas, huelgas y quejas de la FIFA, ofreció este lunes ayuda del gobierno a las víctimas de las lluvias que castigaron el pasado final de semana los estados de Paraná y Santa Catarina, en el sur de Brasil, y que han dejado hasta ahora nueve muertos.
Manaos la capital de la Amazonia y la ciudad donde se jugarán cuatro partidos del Mundial de Fútbol 2014, registró este viernes la quinta mayor crecida de la historia del río Negro. El nivel de agua subió este viernes hasta los 29,44 metros y se prevé que alcance los 29,60 metros a mediados de junio, coincidiendo con el inicio de la Copa.
A raíz de las tormentas intensas en los estados de Minas Gerais y Espírito Santo, en el sudeste de Brasil, llegaron a 45 y hay más de 60.000 evacuados, en tanto la presidenta Dilma Rousseff firmó un decreto que permite agilizar el envío de recursos púbicos a las zonas afectadas.