El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó este domingo la reducción de la ayuda financiera para causas ambientales, económicas y sociales de los países más ricos a los más pobres, destacando una caída del 7% en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en 2024, mientras que el gasto militar aumentó un 9,4%.
En su intervención en el Foro de Economía Azul y Finanzas en Mónaco, Lula enfatizó que el problema no es la falta de fondos, sino el compromiso político. Esto demuestra que no hay escasez de dinero. Lo que falta es la voluntad y el compromiso político para financiarlo, afirmó.La AOD es definida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como la ayuda oficial destinada a promover el bienestar económico y social en los países en desarrollo, con el objetivo principal de aliviar la pobreza. La asistencia incluye la financiación y la concesión de préstamos y otros recursos, ya sea directamente por los países o a través de organizaciones multilaterales. Es una herramienta importante para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El foro del domingo buscaba soluciones para la llamada economía azul (actividades económicas marinas y costeras, así como ecosistemas marinos). El líder brasileño también recordó que los océanos no reciben el debido reconocimiento por lo que brindan.
El ODS 14, dedicado a la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, es uno de los objetivos con menor financiación de toda la Agenda 2030. El déficit para su implementación se estima en 150 000 millones de dólares anuales, señaló el jefe de Estado sudamericano.
Además de su papel como principal regulador climático, más del 80 % del comercio internacional y el 97 % de las redes de datos del mundo pasan por el mar, generando una economía anual de 2,6 billones de dólares. Si fuera un país, el océano ocuparía el quinto lugar entre las mayores economías del mundo, añadió.
En su opinión, es necesario concluir el instrumento vinculante para acabar con la contaminación oceánica por plásticos y avanzar en la ratificación del nuevo tratado sobre biodiversidad en aguas internacionales. Lula también recordó que la adopción por parte de la Organización Marítima Internacional de objetivos vinculantes de cero emisiones de carbono en el transporte marítimo para 2050 promete multiplicar la demanda de energías renovables y reduciría la dependencia mundial de los combustibles fósiles.
Para el mandatario, la insuficiencia de recursos es un problema crónico para varias iniciativas multilaterales. Citó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) de 2024 en Bakú, Azerbaiyán, cuyos resultados fueron inferiores a los esperados.
El evento fue criticado por no cumplir con las expectativas de un acuerdo sólido sobre financiación climática. El nuevo objetivo de financiación de 300 000 millones de dólares anuales para 2035, si bien supone una mejora respecto al acuerdo anterior de 100 000 millones de dólares, no satisfizo las necesidades ni la solicitud de 1,3 billones de dólares de los países en desarrollo, que solicitaron financiación para la adaptación y la mitigación del cambio climático.
Según Lula, la presidencia brasileña de la COP30, que tendrá lugar en Belém en noviembre de este año, busca revertir esta situación. El planeta no puede soportar más promesas incumplidas. No existe una solución aislada a los desafíos que requieren acción colectiva, enfatizó.
Lula también recordó que los países en desarrollo dependen más de la economía azul que las naciones industrializadas, según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). El aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos en las ciudades costeras siempre perjudican a los más vulnerables.
De los 33 países de América Latina y el Caribe, 23 tienen más territorio marítimo que terrestre. África tiene 13 millones de kilómetros cuadrados de territorio marítimo; esto equivale a la suma del territorio continental de la Unión Europea y Estados Unidos. Fortalecer, diversificar y hacer sostenible la economía azul contribuye a la prosperidad del mundo en desarrollo, dijo Lula.
Para él, las instituciones financieras internacionales tienen un papel central, y el acceso a los fondos climáticos también debe ser menos burocrático. Insistimos en la necesidad de bancos multilaterales mejores, más grandes y más eficaces. Instrumentos como los canjes de deuda por desarrollo y la emisión de derechos especiales de giro pueden movilizar recursos valiosos, sugirió.
Asimismo, Lula mencionó las iniciativas de Brasil, como el programa Bolsa Verde, que transfiere ingresos a más de 12.000 familias que contribuyen a la preservación de unidades de conservación marina; los 70 millones de dólares de la cartera de inversiones del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social dedicados a la economía azul; y el financiamiento de proyectos de planificación espacial marina, conservación costera y descarbonización de la flota naval y la infraestructura portuaria. (Fuente: Agencia Brasil)