El fiscal argentino Sebastián Basso solicitó al juez federal Daniel Rafecas una orden de captura internacional contra el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, por su presunta participación en el atentado de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos.
El sucesor del fallecido fiscal Alberto Nisman también busca juzgar en ausencia a Jamenei y a otros nueve sospechosos iraníes, entre ellos exfuncionarios y diplomáticos como Ali Fallahijan, Ali Akbar Velayati, Mohsen Rezai, Ahmad Vahidi, Hadi Soleimanpour, Moshen Rabbani, Ahmad Reza Asghari, Salman Raouf Salman, Abdallah Salman y Hussein Mounir Mouzannar, por el atentado que -se cree- fue perpetrado por el grupo terrorista Hezbolá.
Basso sostiene que Jamenei participó en una reunión en 1993 en Mashad, Irán, junto con el entonces presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani (ya fallecido), el ministro de Asuntos Exteriores Velayati y el ministro de Información Fallahijan para dar el visto bueno. Según informes, Jamenei emitió una fatwa (una opinión legal o decreto emitido por un líder religioso islámico) que lo permitió.
Asimismo, el fiscal argumentó que Jamenei no tiene inmunidad ante la detención internacional. Ya había sido identificado en 2006 por Nisman como el cerebro detrás de la masacre.
La decisión de Rafecas podría sentar un precedente, ya que los juicios en ausencia fueron aprobados por el Congreso argentino hace tan solo un mes.
El patrocinio de la lucha armada de Hezbolá fuera del Líbano por parte de la organización política que gobierna los destinos de Irán fue, y sigue siendo, el principal apoyo de esta asociación criminal, escribió el fiscal.
Jamenei se convirtió en el segundo líder supremo de Irán en 1989, tras ejercer como presidente entre 1981 y 1989.