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Domingo, 13 de abril de 2025 - 08:15 UTC

 

 

Falklands, libro impactante sobre el Foreign Office, guerras sucias, políticas ladinas, Argentina y EE.UU.

Viernes, 11 de abril de 2025 - 10:15 UTC
Spies lies and otherwise Book review: Dirty Wars & Devious Politics: The Foreign Office, the Falklands, Argentina and the USA by Robert Elgood Spies lies and otherwise Book review: Dirty Wars & Devious Politics: The Foreign Office, the Falklands, Argentina and the USA by Robert Elgood

El libro se titula, (traducción libre pues recién apareció en inglés), “Guerras sucias y políticas ladinas” y refiere a las Falklands entre 1964 y 1999, con una bajada que dice, El Foreign Office, Falklands, Argentina y EE.UU. Está investigado, recopilado y escrito por Robert Elgood, un historiador inglés de fuste y cubre un periodo tumultuoso en que las Islas estuvieron a punto de ser entregadas por el Foreign Office a Argentina.

Quien hace la crítica del libro es Mark Blackmore, periodista y columnista del semanario Penguin News, y se puede decir que ambos por su proximidad y conocimiento de las Islas están abiertamente alineados con los intereses de unas Falklands autónomas.

Blackmore comienza diciendo que el nombre del autor le resultara familiar a muchos Isleños, del momento que es uno de los vice presidentes del lobby Falkland Islands Association, y en 1982 escribió un informe sobre las causas de la guerra en el Atlántico sur y brindó evidencia ante el Comité Frank, conformado por un grupo de notables del consejo de asesores de la Corona. Elgood ha estado íntimamente vinculado con las políticas sobre Falklands desde hace largo tiempo y este relato muy a menudo es como un “Quién es quién” de las interacciones entre importantes figuras en la larga lucha por la autodeterminación. Así aparecen Bill y Merle Christie, Margaret Thatcher, Geoffrey Howe, Rex Hunt, incluso Guido Di Tella.

“No nos dejan dudas de la tesis del libro desde el momento de su partida, el Foreign Office no solo fracasó en su deber de apoyar a la población de las Islas Falkland, sino que se comportó de formas que resultaron activamente dañinas.

“Uno tendría que retrotraerse a Múnich 1938 para encontrarse con un caso similar de entreguismo, que condujo a una guerra,” se nos dice de inmediato. De ahí en más nos embarcamos en una suerte de torbellino de tendencias y actores detrás dd bambalinas políticas, con información regularmente “servida” que no hará sino sonreír, fruncir el ceño o sorprender a muchos Isleños.

Según el libro al principio de los años setenta se pudo apreciar como el Foreign Office empeoraba las vidas de los Isleños…”limitando el desarrollo y prosperidad de las Islas, en tanto se promovía el falso argumento que la colonia era una sangría para el Tesoro británico. Esperaban que cuando las Islas sucumbieran en una recesión, los Isleños se verían forzados a irse, a abandonarlas”.

También se sufrió la debacle del ‘leaseback’, --compraventa con reserva de usufructo--, en una sección vivaz que deja al ministro de gobierno Nicholas Ridley como un personaje engañoso y tonto, tal cual se lo merece.

Elgood demuestra en detalle granular como el Foreign Office por décadas se comportó como si las Falklands resultara algo molesto en el zapato, y se esforzaba en sacárselo lanzándolo en dirección hacia Argentina.

Bastante mal le fue a las Falklands con los gobiernos laboristas de Wilson y Callaghan, pero Elgood reserve lo mayor de su ira para el Foreign Secretary de Margaret Thatcher, Lord Peter Carrington, un hombre empeñado en entregar los Isleños al ‘amoroso abrazo’ de una Junta de orientación Nazi que rutinariamente torturaba y mataba a sus propios ciudadanos.

Elsgood es asimismo muy bueno en juntar los hilos de la interferencia de los EE.UU. en la política de América del Sur, con su preferencia por dictaduras de extrema derecha, “claramente una de las causas de la invasión de 1982.”

Esto también incluye algunos relatos horribles sobre las torturas bajo la Junta militar argentina infligida sobre sus propios ciudadanos. Dientes destrozados a martillazos, uñas arrancadas, picanas eléctricas en las partes íntimas del cuerpo. Acaso era este el régimen que los Isleños tendrían que aceptar como propio? Altos jerarcas de EE.UU. como Kissinger y Haig ambos jugaron sus partes en la creencia del General Galtieri que los norteamericanos apoyarían la invasión de las Falklands.

En la pos-guerra el libro es por demás cáustico sobre el Informe de Frank, al cual el autor contribuyo con evidencia. “No minimicemos las palabras, el Informe Frank fue diseñado para preservar reputaciones,” acusa Elgood. “Fue, insiste, un lavado, encubrimiento por parte del establishment”.

Se trata de un libro típicamente directo, franco y todo a lo largo de sus páginas hay una admirable posición en cuanto a no esconder opiniones personales. Elgood habla muy bien de los antes mencionados Christies, a quienes está dedicado el libro, en tanto otras figuras prominentes no salen tan bien parados como puede ser el ex gobernador Rex Hunt. En cuanto al gobernador pro Argentina de las Islas, Neville French (1975/1976) el autor para definirlo, cita a Bill Christie, “seria caritativo de nuestra parte suponer que está loco”, mientras que otro gobernador Toby Lewis, (1971/1975) “…se trataba de un gobernador colonial a la antigua, coercitivo y ladino”.

Las Falklands y su gente va a estar al tanto de casi todo el elenco de personajes en el libro; y hasta puede que algunos reciban una mención. Empero todos son tratados como seres humanos con todo lo que ello significa, muchos recibiendo tanto críticas como elogios, en diferentes momentos. Nunca se nos permite olvidar que se trata de gente real, de carne y hueso, tomando decisiones y cometiendo errores bajo presión y circunstancias muy difíciles. Pero igualmente las autoridades de las Islas no están inmunes a la crítica.

“El sentimiento todo a lo largo fue el de mantener el statu quo y había muy poco pensar hacia adelante. Los Isleños a menudo se oponían entre ellos, John Cheek y Bill Luxton, ambos integrantes del Consejo Legislativo y muy vigorosos en sus posiciones, pero no congeniaban y claramente vista la confrontación, no había necesidad de aplicar el reiterado recurso colonial de divide para reinar”

Se podría argumentar que a los Isleños, al igual que a todo el mundo se les debe permitir toda una gama de opiniones frente a los diferentes temas, pero el punto sobre la necesidad de sostener una unanimidad en cuanto a la colusión de hecho, entre Foreign Office y Argentina, está bien logrado.

La verdadera vergüenza es que expectativas tan irreales como irrealizables fueron necesarias para defenderse de un Foreign Office que tendría que haber estado activo en la defensa de las Islas, en lugar de la necesidad de construir defensas contra ellos.

Al respecto Elgood menciona una divertida anécdota en que despreció subirse al carro de las licencias de pesca a otorgar en aguas de las Islas, “Alastair Cameron que estaba creando la zona de conservación de pesca para las Falklands, vino a verme y decirme que estaba otorgando licencias de pesca, ‘son una licencia para imprimir dinero,’ y preguntó, ‘quieres una’ y Elgood le contestó que no, que no me había sumado a la lucha para enriquecerme”,

El volumen cierra con una narración de problemas propios del autor con el gobierno británico, pues varias secciones del volumen no eran necesariamente del mejor agrado para las causas que impulsaba, y fueron motivo para la producción del libro.

Esto incluye algunas informaciones impactantes, que pueden dar lugar a un interés local, por ejemplo que dos ex legisladores electos de las Islas estuvieron, en etapas tempranas, reclutados por el Servicio de Inteligencia Británico, también conocido como el MI6 y trabajaron subrepticiamente para, por intermedio de ellos pasarle información a sus “amos” en el Foreign Office.

El autor es muy claro y frontal en esta afirmación y nombra a dichos individuos. Es una bomba al final de un libro absorbente que nos deja con la sensación que se nos ha brindado apenas una ligera mirada detrás de la cortina que cubre la forma en que el estado británico y por cierto el de las Falklands se manejan con sus asuntos. Se trata en definitiva de un agregado esencial en la biblioteca de cualquiera con un interés en las Islas Falkland. (Fuente: Penguin News)

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