El astillero español Cardama inició esta semana la construcción de la primera de las dos patrullas oceánicas (OPV) para la Armada Uruguaya, con el corte de la primera placa de acero para el buque, denominado temporalmente “C-250”. Este hito se produce tras los pagos iniciales del gobierno uruguayo y la entrega de los certificados de Lloyd's que aprueban el diseño. La colocación de la quilla está prevista para mayo de 2025.
Estos buques, diseñados por Cintranaval y certificados por Lloyd's Register, reforzarán la vigilancia y la soberanía marítima de Uruguay con un alcance de 7.000 millas náuticas, una velocidad máxima de 21 nudos, propulsados por motores Caterpillar (10.120 kW) y una tripulación de 98 personas. Estarán equipados con un cañón de 30 mm y dos ametralladoras de 12,7 mm de Escribano, sistemas de control de tiro de Terma y una plataforma de helicópteros/UAV, que apoyará tareas como patrullaje, búsqueda y rescate, y ejercicios.
Cardama bautizó los buques C-250 y C-251 a la espera de la designación oficial de la Armada Uruguaya.
La compra de estas OPV generó controversia en Montevideo, donde oferentes chinos alegaron que el proceso de licitación no fue del todo claro. Si bien las autoridades uruguayas afirmaron haber elegido a Cardama porque, según dijeron, cumplía con los requisitos establecidos por la propia Armada Nacional, como la necesidad de armamento, un helipuerto y otras condiciones para el cumplimiento de la misión de cuidar los recursos naturales y reprimir la pesca ilegal, el almirante Gustavo Musso solicitó su pase a retiro tras señalar que esta empresa no tenía experiencia en la construcción de este tipo de unidades. De un total de ocho licitaciones internacionales, se argumentó que la de Cardama presentaba el menor costo y el plazo de entrega más rápido.
Además, la Comisión de Defensa del Senado uruguayo recibió una carta de la Asociación de Construcción Naval de China (CTSC), que había participado en el proceso de licitación, cuestionando la decisión final de Montevideo. Una licitación en 2021 fue declarada desierta porque todas las propuestas superaban el presupuesto del Ministerio de Defensa de US$120 millones. La de China era la más económica, con US$168 millones. Al realizar una nueva convocatoria, China bajó su precio y se ofreció a negociar.
Musso elaboró un informe en el que concluyó que la mejor oferta era la del astillero español Godan, seguida de los astilleros Cotecmar, de Colombia; Kership, de Francia; Hyundai, de Corea del Sur; y solo después venía Cardama.
CTSC argumentó que las especificaciones nunca se definieron en la segunda convocatoria. Pasamos de un documento de 89 páginas con requisitos, garantías, factores de ponderación, puntajes de evaluación, etc., a recibir los requisitos por teléfono o en una nota de menos de media página. La empresa insistió en que había enviado una segunda oferta que se ajustaba al presupuesto.
La entonces senadora del Frente Amplio (y actual ministra de Defensa), Sandra Lazo, insistió repetidamente en que Uruguay debía retirarse del acuerdo con Cardama, una empresa en riesgo de quiebra. “Se presentaron comisiones de transparencia y seguimiento, que quedaron en el olvido porque muchas veces la prensa tenía más información de la que se dio en esas áreas que se anunciaron con bombos y platillos”, señaló Lazo. “Reorganicemos y negociemos de nuevo”, añadió, a pesar de admitir que las OPV eran necesarias.
Además, el expresidente José Pepe Mujica insistió en que “no se puede ignorar el mercado chino” y afirmó que la decisión del gobierno uruguayo de Luis Lacalle Pou (2020-2025) de elegir a Cardama fue “un error diplomático” porque los chinos “lo anotan todo, son muy ordenados. Ir a hablar con un diplomático chino es saber que hay tres o cuatro personas escuchando y tomando nota de todo, hasta el último detalle. Los chinos envían embajadores que hablan español y que se formaron en universidades latinoamericanas. No improvisan nada. No son como los estadounidenses que nos envían un embajador que no habla ni una palabra de español. No cometen esos errores”. Por lo tanto, Mujica sostuvo que correspondía una disculpa a China.