La Corte Suprema de Justicia de Argentina (CSJN) votó en contra de concederle al juez de primera instancia Ariel Lijo una licencia sin goce de sueldo para que asuma su cargo en la CSJN, tal como lo dispuso el presidente Javier Milei. A los votos del presidente Horacio Rosatti y del vicepresidente Carlos Rosenkrantz se sumó el de Manuel García-Mansilla, quien fue designado junto a Lijo por el tiempo que dure la actual Legislatura, tal como lo establece la Constitución.
El problema es que Lijo insiste en poder retomar su cargo de magistrado a cargo del Juzgado Federal N° 4 de Buenos Aires, mientras que la CSJN le reclama su renuncia. El magistrado Ricardo Lorenzetti votó a favor de la postura de Lijo.
Según analistas locales, el destino de Lijo ahora está en el Senado, donde su postulación está archivada desde hace más de un año junto a la de García Mansilla. Si el partido La Libertad Avanza (LLA) de Milei logra obtener el visto bueno de la Cámara Alta, la designación de Lijo sería permanente y mientras mantenga su buena conducta.
Mientras tanto, un grupo de intelectuales que apoyan a Milei, como el economista Alberto Benegas Lynch Jr., han sugerido que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo-Salgado debería ser elegida para la CSJN en lugar del controvertido Lijo, quien ha manejado una cantidad considerable de casos de corrupción sin ninguna condena importante.
Arroyo Salgado es la ex esposa del fallecido fiscal Alberto Nisman, quien murió en circunstancias poco claras cuando estaba a punto de revelar ante el Parlamento sus hallazgos sobre el atentado de 1994 a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires.
Dada la negativa de Lijo a renunciar a su cargo actual, el decreto de Milei que lo nombró ahora está en una especie de limbo legal del que el visto bueno (o no) del Senado parece ser la salida más rápida. La Comisión de Acuerdos de la Cámara Alta ya dio luz verde a la medida, pero su aprobación final quedó en suspenso tras el fiasco de la criptomoneda $LIBRA que involucró directamente a Milei.
Por otro lado, la propuesta de García-Mansilla no obtuvo el visto bueno de la Comisión de Acuerdos, lo que hace que su permanencia en la CSJN sea bastante frágil.