El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó este miércoles que la economía de su país ha superado las expectativas en los últimos dos años, al alcanzar el 3,2% en 2023 y el 3,8% en 2024, con proyecciones de +0,8% y +2,5% respectivamente.
Cuando asumimos la Presidencia de la República, la previsión de crecimiento económico era del 0,8%, pero crecimos un 3,2%. Este año la expectativa era del 2,5%, pero llegaremos al 3,8%, dijo Lula, tras participar en la XIV Cumbre Brasil-Portugal.
Asimismo, destacó el continuo crecimiento del país, la inflación controlada y la mejora del nivel de vida, después de que un informe de la Fundación Getulio Vargas indicara un crecimiento del PIB del 3,5% en 2024, impulsado por la industria, los servicios y el consumo de los hogares. En 2023, el crecimiento fue impulsado principalmente por las exportaciones del sector agropecuario.
El pueblo volverá a ganar más, podrá comer mejor, tendrá más oportunidades de trabajo y podrá disfrutar más de la vida. Y cuando lleguen las elecciones, ejercerá su derecho democrático de votar por quien quiera, añadió.
Cuando volvimos al gobierno, había 33 millones de personas pasando hambre. En diciembre de 2026, entregaremos un país donde nadie sufra esa situación. Esto no es sólo un compromiso del gobierno, es un deber moral con el pueblo brasileño, subrayó, al tiempo que se comprometió a cumplir sus promesas de campaña de fortalecer el desarrollo económico y crear más empleos.
Mientras tanto, el dólar estadounidense superó los R$ 5,70 tras la divulgación de las actas de la reunión de la Reserva Federal y las amenazas del presidente Donald Trump de aumentar los aranceles a los productos farmacéuticos y semiconductores en un 25%. La bolsa brasileña cayó casi un 1%, y el índice Ibovespa cerró en 127.309 puntos. El mercado financiero también reaccionó a la posibilidad de rebajas de las tasas de interés en Estados Unidos en función de la evolución de la inflación.