La agencia internacional Fitch Ratings rebajó este viernes la calificación de Bolivia a CCC- y advirtió que se necesitarán medidas correctivas urgentes para evitar una caída más profunda. En sus fundamentos, Fitch tomó en cuenta la falta de disponibilidad de divisas y la errática política económica y fiscal.
La nueva calificación significa que el país representa un mayor riesgo para potenciales inversionistas y financistas. Además, la escasez de combustible, los bloqueos de carreteras y el malestar social en 2024 se sumaron a este sombrío panorama en medio de un creciente déficit fiscal y una aceleración inflacionaria.
Aunque Fitch reconoció que el riesgo de que Bolivia no pague su deuda externa este año es bajo, una macroeconomía descarriada augura enigmas para 2026. La agencia insistió en que Bolivia seguirá cumpliendo con sus pagos de cupones de 2025 por US$ 110 millones en eurobonos, pero el desafío en 2026 será mayor con vencimientos que alcanzan los US$ 333 millones en un contexto de baja liquidez y crecimiento económico limitado dada la escasez de combustible y divisas en medio del malestar social. Por lo tanto, el futuro gobierno de Bolivia necesitará hacer un fuerte ajuste.
Asimismo, la agencia advirtió que la calificación de Bolivia podría empeorar si no implementa un ajuste de política macroeconómica y fiscal consistente con la reconstrucción de reservas y una senda sostenible para las finanzas públicas a través de un programa adecuado que incluya financiamiento externo para reconstruir reservas.
En este escenario, el Gobierno boliviano del presidente Luis Arce Catacora calificó el informe de Fitch como miope luego de una revisión limitada y reduccionista que pasa por alto la complejidad de un sistema económico dinámico.
”No se puede evaluar adecuadamente la economía de un país sin considerar de manera integral indicadores clave como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el desempeño del sistema financiero, la inversión, el cumplimiento de la deuda externa, el empleo, la pobreza, entre otras variables, afirmó el Ministerio de Economía boliviano al insistir en que el país ha arrojado resultados sólidos pese a todas las adversidades, como lo corroboraría el crecimiento económico de 3,1% en 2023 y 2,6% en el segundo trimestre de 2024. Además, el desempleo se redujo a 3,4% a junio de 2024.
El gobierno boliviano también argumentó que la disminución de la liquidez en moneda extranjera se profundizó por el bloqueo del Legislativo a créditos externos por US$ 1.667 millones, sumado a la especulación en el mercado y una reducción en la producción y exportación de gas debido a la falta de inversión en exploración durante gobiernos anteriores.
Las autoridades además señalaron que Bolivia ha honrado su deuda externa lo que contradice las proyecciones pesimistas de Fitch, que generan una incertidumbre innecesaria”.