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La frase “baño de sangre” pone a gobiernos de izquierda en contra de Maduro

Viernes, 26 de julio de 2024 - 10:55 UTC
Lula, Boric y Petro insisten en que Maduro debe aceptar el resultado de las elecciones del domingo Lula, Boric y Petro insisten en que Maduro debe aceptar el resultado de las elecciones del domingo

Los gobiernos de izquierda en América del Sur parecen haberle dado la espalda al venezolano Nicolás Maduro después de que pronosticara la semana pasada que su país se encaminaría a un baño de sangre si no lograba ganar las elecciones presidenciales del domingo venidero.

“No puede amenazar con baños de sangre”, denunció el presidente chileno, Gabriel Boric Font, al pedir a las autoridades venezolanas que respeten los resultados de las elecciones, en las que el candidato opositor Edmundo González Urrutia es considerado el favorito según la mayoría de las encuestas. “Es por el bien del país y de toda América Latina”, insistió Boric. El exdiplomático Ginzález Urrutia, de 74 años, se convirtió en el candidato de la oposición luego de que la líder María Corina Machado fuera inhabilitada.

El líder chileno se unió así al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. “Estoy de acuerdo y apoyo las declaraciones de Lula: no se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre. Lo que reciben los líderes y candidatos son baños de votos y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada”, dijo Boric en una reunión con corresponsales extranjeros.

Boric insistió en que Lula, el ex presidente argentino Alberto Fernández y él mismo eran “profundamente democráticos”. A principios de esta semana, Lula admitió que estaba “asustado” por los comentarios sobre el “baño de sangre” de Maduro, que también incluían la posibilidad de “una guerra civil”.

El régimen de Maduro dio marcha atrás en su invitación a Fenández para actuar como observador extranjero en las elecciones luego de que el líder argentino dijera que los resultados de las elecciones debían ser respetados y que quien ganara se convirtiera en el próximo presidente. Semejante comentario no fue bien recibido en los círculos de Maduro después de 13 años consecutivos en el cargo.

“En vísperas de esta elección tan importante, hago un llamado al gobierno y al poder electoral venezolano para garantizar el normal desarrollo del proceso electoral con garantías, especialmente para la oposición, otorgando irrestricto respeto a los resultados que estén debidamente acreditados”, subrayó Boric.

Boric advirtió además que si el chavismo no acepta los resultados, “Venezuela quedaría en una posición totalmente desprestigiada ante toda la comunidad internacional”.

El izquierdista Boric también dijo confiar en que Brasil, Colombia y México, todos del mismo lado del arco político, compartirán su visión sobre el respeto a “la soberanía popular”.

A principios de esta semana, Lula subrayó que “quien pierde recibe un baño de votos, no un baño de sangre. Maduro tiene que aprender que cuando ganas te quedas, y cuando pierdes te vas y te preparas para otras elecciones”. Si Maduro quiere contribuir a resolver el problema de crecimiento de Venezuela y el regreso de quienes se fueron, “tiene que respetar el proceso democrático”, añadió.

En este escenario, Brasil no enviará observadores luego de que Maduro cuestionara la transparencia del proceso electoral brasileño, tal como lo hiciera en 2022 el entonces presidente brasileño, Jair Bolsonaro. Por esos comentarios, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil le prohibió postularse para un cargo durante ocho años. Admitir las objeciones de Maduro equivaldría a admitir que Bolsonaro no se equivocó. Por tanto, el TSE también se abstendrá de enviar observadores al proceso venezolano.

“Ante las declaraciones falsas contra las urnas electrónicas brasileñas que, contrario a lo afirmado por las autoridades venezolanas, son auditables y seguras, el Tribunal Superior Electoral no enviará técnicos para atender la invitación realizada por el Consejo Nacional Electoral de ese país”, dictaminó el TSE. La Justicia Electoral de Brasil “no admite declaraciones o actos irrespetuosos hacia la transparencia del proceso electoral brasileño, descalificando con mentiras la seriedad e integridad de las elecciones y de las urnas electrónicas”, continuó.

Colombia, gobernada por primera vez por un presidente de izquierda como Gustavo Petro, también se negó a participar en el proceso venezolano cuando la intención de Bogotá era estar allí, como lo demostraría la solicitud por parte del Ministro de Relaciones Exteriores Luis Gilberto Murillo de formar un panel de expertos para viajar.

El 23 de julio Maduro cuestionó los sistemas electorales de Colombia y Brasil durante un evento en el Estado Aragua. “Tenemos el mejor sistema electoral del mundo”, argumentó Maduro, quien divagó sobre cómo los sistemas electorales en Estados Unidos, Brasil y Colombia nunca fueron auditados, a diferencia del de Venezuela.

La campaña cerró este jueves en Venezuela. Los partidarios de González Urrutia salieron a las calles en masa y existe la sensación de que esta vez Maduro podría finalmente ser derrotado, salvo manipulaciones espurias.

La pregunta sobre qué haría un Maduro derrotado sigue sin estar clara: ¿Aceptaría los resultados y una transición pacífica? Sin observadores creíbles que supervisen las elecciones, cualquier cosa puede pasar.