Argentina registró en mayo un superávit histórico de 2.656 millones de dólares en su intercambio comercial exterior (ICA), según se informó este jueves en Buenos Aires. Las nuevas cifras superaron el récord anterior de US$ 2.543 millones de mayo de 2009. En lo que va de 2024, Argentina acumula un saldo favorable de US$ 8.800 millones.
Luego de la devaluación del peso en diciembre, la administración del presidente Javier Milei ha mantenido un saldo positivo en el frente comercial desde que asumió el cargo, además de un superávit en el gasto público.
El mes pasado, las exportaciones totalizaron 7.622 millones de dólares (+21,7 % interanual), mientras que la devaluación provocó que las importaciones se desplomaran un 32,8%, hasta 4.966 millones de dólares.
A pesar del repunte de las importaciones, todavía se proyecta un resultado positivo para 2024. Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central argentino, se espera que las exportaciones cierren el año en alrededor de 77.904 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzarían los 61.517 millones de dólares, lo que supone un superávit de alrededor de 16.400 millones de dólares, impulsado entre otras cosas por exportaciones agrícolas ahora que se ha superado la grave sequía del año pasado.
Tras un déficit de 1.124 millones de dólares en mayo de 2023 como consecuencia de la sequía, las exportaciones crecieron un 21,7% interanual hasta finales de año mientras que las importaciones cayeron un 32,8% interanual.
En ese escenario, el ministro de Economía, Luis Toto Caputo, confirmó a los agroexportadores que el dólar blend se mantendría hasta diciembre, lo que permitiría liquidar el 20% de esos ingresos en el mercado financiero.
Los analistas han advertido sobre la necesidad de monitorear los flujos de base de caja de liquidación de exportaciones, dada la caída experimentada desde mayo, incluso con la mejora observada para los flujos agrícolas ya que continuará la tendencia creciente de las exportaciones en cantidades, impulsadas principalmente por los sectores primario y energético.
En cuanto a las importaciones, los expertos prevén que se mantendrán bajas aunque se recuperarán en proporción con la apreciación del peso frente al dólar estadounidense.