El presidente paraguayo, Santiago Peña, confirmó en una entrevista internacional con CNN que se inspiró en su colega de El Salvador, Nayib Bukele, a la hora de lanzar esta semana la Operación Veneratio, una medida para desmantelar la virtual propiedad de la tristemente célebre banda narcotraficante Clan Rotela sobre la Penitenciaría de Tacumbú, en Asunción.
No lo puedo negar, la experiencia de El Salvador, de Nayib, también ha sido un factor de aliento para enfrentar a estos grupos criminales. El presidente Nayib Bukele es hoy una figura que ha ganado preponderancia. Antes de su llegada, El Salvador era uno de los países más inseguros y criminales del mundo. Él generó un cambio tremendo y eso generó mucha atención, dijo Peña.
Durante la operación, unos 700 reclusos fueron reubicados en otros centros penitenciarios, entre ellos el líder de la banda Armando Javier Rotela. En los vídeos y fotografías del despliegue se ve a los reclusos boca abajo, sentados, de rodillas y en ropa interior.
En su entrevista con CNN, Peña admitió que aún falta mucho por hacer y señaló que al debatir sobre la inseguridad descubrieron que tenían que resolver el problema de las cárceles, donde los clanes criminales han tomado el control.
El Presidente insistió en que con esta medida se solucionaría gran parte del microtráfico y la criminalidad.
Hoy el Gobierno del Paraguay dijo basta a un modelo penitenciario que convirtió a las cárceles en verdaderas escuelas del delito, dijo Peña en su momento. Basta de privilegios, de complicidades, de falta de control, y más que nada, le dijimos basta a un modelo penitenciario que convirtió a las cárceles en verdaderas escuelas del delito y del crimen.
El pasado lunes, un agente de la ley y 11 reclusos murieron durante la Operación Veneratio, una medida concebida para trasladar a Rotela y a otros delincuentes a diferentes centros penitenciarios de todo el país. Rotela fue enviado a la prisión militar de Viñas Cue, también en Asunción.
En el proceso, en el que participaron la Policía Nacional Paraguaya -en particular el grupo táctico Lince- y las Fuerzas Militares, también resultaron heridos de bala al menos 36 agentes y 24 presos.