El último episodio de la violencia que parece no tener fin en Ecuador consistió en el asesinato del fiscal de Babahoyo Genaro R. y el secuestro de la ex alcaldesa de Durán, Mariana Mendieta de Narváez, además de la muerte de otros seis reclusos a poco más de una semana de las elecciones presidenciales.
El fiscal Genaro R. fue asesinado mientras conducía su vehículo en el cantón Alfredo Baquerizo Moreno, en la provincia del Guayas, una de las más afectadas por la violencia asociada al narcotráfico, según un comunicado de la Fiscalía.
La socialcristiana Mendieta, de 67 años, es también madre del también ex alcalde Dalton Narváez. Su paradero es desconocido, según el jefe de la Policía, Fausto Salinas, tras ser secuestrada mientras se encontraba en una obra en construcción. La familia pidió reserva del caso por temor por la vida de la mujer, quien entre 2000 y 2008 fue alcaldesa de Durán, cantón de la provincia del Guayas que actualmente se encuentra en estado de excepción por la violencia delincuencial.
El actual alcalde de Durán, Luis Chonillo, que trabaja en la clandestinidad tras haber sufrido un atentado, pidió al Gobierno no escatimar esfuerzos y actuar lo más rápido posible, tras lo cual la Policía Nacional allanó las viviendas de los presuntos autores.
En otro caso, un oficial de la Policía que había sido secuestrado en Quevedo, provincia de Los Ríos, fue liberado tras un operativo en el que fueron arrestadas cuatro personas. El ministro del Interior, Juan Zapata, dijo que los detenidos tenían armas y teléfonos involucrados en otros delitos y se presume que son miembros de la organización criminal Los Lobos. Las bandas de Los Choneros y Los Lobos operan en este territorio y se disputan el control del microtráfico y el territorio para el despliegue de sus actividades delictivas.
Este recrudecimiento de la violencia se produjo nueve días antes de la segunda vuelta que enfrentará a la candidata correísta Luisa González con el empresario conservador Daniel Noboa, quienes se clasificaron para la ronda decisiva después de que el candidato Fernando Villavicencio fuera asesinado días antes de las elecciones durante un acto de campaña.
Las cifras de homicidios se han disparado y en lo que va de año ya se está al borde de los asesinatos en todo 2022. La crisis, que también afecta a la salud, la educación y el empleo y golpea a los sectores más necesitados, las poblaciones rurales y los pueblos originarios, ha generado un fuerte descreimiento en la clase política.
En este escenario, seis reclusos murieron el viernes en nuevos enfrentamientos entre bandas en la Penitenciaría del Litoral, la más grande de Ecuador, en la ciudad suroccidental de Guayaquil, informó el Servicio Nacional de Atención Integral al Adulto Privado de Libertad (SNAI). Los disturbios se registraron aproximadamente a las 16:00 hora local en el interior del pabellón 7, indicó la entidad penitenciaria en un comunicado.
Un equipo de Criminalística con el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional ha ingresado para realizar el proceso legal correspondiente al levantamiento de los cadáveres y la identificación de su identidad, señaló el comunicado.
Las bandas rivales vinculadas al narcotráfico también se disputan el poder dentro de los centros de detención. El 25 de julio se produjo la masacre más grave en ese penal, con un saldo de 31 reclusos muertos, lo que llevó al gobierno a decretar el estado de emergencia por 60 días en todas las cárceles del país; medida que fue renovada el 26 de septiembre.
El último asalto a la Penitenciaría del Litoral tuvo lugar el 30 de septiembre, con la participación de 800 militares y policías. Los enfrentamientos en las cárceles ecuatorianas se han intensificado desde febrero de 2021 y hasta la fecha han dejado más de 400 reclusos muertos.