El ex presidente uruguayo José Mujica dijo que el actual jefe de Estado, Luis Lacalle Pou, debería pedir disculpas a China por desprolijidad en la compra al astillero español Cardama de dos Patrulleros Oceánicos (OPV) para la Armada del país sudamericano.
La empresa estatal china Shipbuilding Trade (CSTC) envió una carta a la Comisión de Defensa del Senado uruguayo cuestionando la adquisición realizada por el gobierno uruguayo.
Es un error diplomático, un desconocimiento de cómo proceden los chinos. Ellos anotan todo, son prolijos. Ir a hablar con un diplomático chino es saber que hay tres o cuatro personas que están escuchando y tomando nota de todo, hasta el último detalle. Los chinos envían embajadores que hablan español y que se han formado en universidades latinoamericanas. No improvisan nada. No son como los estadounidenses, que nos envían un embajador que no habla ni una palabra de español. Ellos no cometen esos errores, dijo Mujica a la prensa de Montevideo.
También señaló este incidente no debería afectar el Tratado de Libre Comercio (TLC) que Lacalle quiere lograr, pero que era de esperar un tirón de orejas.
Si yo fuera el presidente pediría disculpas, argumentó Mujica. Porque conviene; el mercado chino no se puede ignorar... Si no nos compra, nos hace un agujero, insistió el líder izquierdista.
A principios de mes, el almirante de la Armada uruguaya Gustavo Musso solicitó su retiro del servicio activo por la polémica suscitada en la adjudicación a Cardama del contrato de 92 millones de dólares.
CSTC había participado en la primera licitación en 2021, que quedó desierta después de que todas las propuestas superaran el presupuesto de 120 millones de dólares del Ministerio de Defensa. La de China era la más barata, con 168 millones de dólares. Cuando se convocó una nueva licitación, China rebajó su precio y se puso a disposición para negociar.
Musso había redactado un informe en mayo en el que concluía que la mejor oferta era la del astillero español Godan, seguido de los astilleros Cotecmar, de Colombia, Kership, de Francia, la surcoreana Hyundai, y después Cardama.
La CSTC argumentó que el pliego de condiciones nunca estuvo definido en la segunda convocatoria. Pasamos de un documento de 89 páginas con requisitos, garantías, factores de ponderación, puntajes de evaluación, etc., a recibir los requisitos por teléfono o por una nota de menos de media página. La empresa insistió en que había presentado una segunda oferta conforme al presupuesto disponible.