El Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaron el viernes en La Habana un alto el fuego nacional, bilateral y temporal de 180 días que entrará en vigor el 3 de agosto, según se informó. La ONU y la Iglesia Católica supervisarán su cumplimiento.
El jefe negociador del ELN, Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, destacó que busca un propósito humanitario, reducir el conflicto para que en Colombia haya un mejor clima de participación de la sociedad, mientras que Otty Patiño, jefe de la delegación del Gobierno, aseguró que se trata de un paso crucial para el proceso de paz.
El alto el fuego es el principal resultado del tercer ciclo de conversaciones de paz en la capital cubana, que concluyó el viernes. La ronda, que comenzó el 2 de mayo, llegó a buen puerto a pesar de algunas polémicas declaraciones del presidente Gustavo Petro.
El anuncio -al que asistieron Petro, su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, y el primer comandante del ELN, Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García- fue también un alivio para el presidente colombiano. Petro, que atraviesa algunas turbulencias internas por un escándalo que involucra al ex embajador en Venezuela Armando Benedetti y a su ex jefa de gabinete Laura Sarabia, dijo que la paz total podría alcanzarse en mayo de 2025, cuando cese definitivamente la guerra de décadas entre el ELN y el Estado.
”El mundo de las armas y de matarse durante décadas (...) debe terminar. La violencia que hemos vivido por generaciones, de la que hemos sido parte pero que hemos tratado de superar, nos dice que no hemos sido capaces de construirnos como nación, subrayó Petro. Aquí nace un mundo nuevo, aquí termina una etapa de insurgencia armada en América Latina con sus mitos y realidades, agregó.
El senador Iván Cepeda, quien integró la delegación del Gobierno, informó que en esa fecha se deben firmar los acuerdos sobre los tres primeros puntos de la agenda de paz y que esto daría una perspectiva de ver firmada la paz con el ELN antes de finalizar ese año. Se refería a la agenda acordada en la anterior ronda de conversaciones en México, que incluye los siguientes puntos: participación de la sociedad en la paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado y ejecución de los acuerdos.
A pesar del cese al fuego, aún quedan temas sensibles por resolver, como los medios ilegales de financiación del grupo armado. En declaraciones a la prensa, Pablo Beltrán aclaró que el secuestro y la extorsión no están incluidos entre las acciones contempladas en el cese al fuego. Si te quitan una cuchara, te tienen que dar otra”, dijo. El jefe negociador del ELN explicó que a partir del 6 de julio se restringirán 12 acciones ofensivas pactadas y que hasta el 3 de agosto se deben acordar protocolos para cubrir acciones de financiación.
Un tercer punto del llamado Acuerdo de Cuba establece un Cuarto Ciclo de la Mesa de Diálogos, en Venezuela, entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre, para revisar los avances reales del actual entendimiento.
El acuerdo también contempla la creación de un Comité Nacional de Participación que se reunirá desde el 25 de julio.
Ambas partes también acordaron activar un canal de comunicación entre ellas, además de la elaboración de protocolos pendientes, el inicio de actividades pedagógicas y la puesta en marcha de mecanismos de monitoreo y verificación del cese al fuego.
El ELN, fundado en 1964, contaba en 2022 con unos 6.000 combatientes, según las autoridades colombianas, y está considerado el grupo guerrillero activo más antiguo de Latinoamérica. El diálogo con el ELN fue iniciado en marzo de 2016 por el Gobierno de Juan Manuel Santos y, tras cuatro ciclos de negociaciones en Quito, las conversaciones se trasladaron a Cuba después de que el Gobierno ecuatoriano se retirara del proceso. Las conversaciones fueron suspendidas en enero de 2019 por el entonces presidente Iván Duque, tras un ataque rebelde a una academia de policía.
El Gobierno de Petro abrió una segunda ronda de negociaciones con el ELN en México el pasado febrero, y desde el 2 de mayo sesiona la tercera en La Habana.
Cuba acogió en 2016 la firma de un acuerdo de paz y reintegración política entre el Gobierno de Santos y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras una larga negociación en la capital cubana.