La Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) anunció el jueves el inicio de El Niño, un fenómeno meteorológico caracterizado por un calentamiento de la superficie del océano Pacífico oriental ecuatorial que se produce cada 2 a 7 años, lo que puede aumentar el riesgo de fuertes lluvias y sequías en algunas partes del mundo y provocar temperaturas récord.
La NOAA explicó que El Niño tiende a moderar la actividad de los huracanes en el Atlántico, favoreciéndolos en el Pacífico. En cambio, La Niña, fenómeno que se desarrolló en los últimos tres años, tiende a provocar un descenso de las temperaturas. La Niña produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las zonas central y oriental del Pacífico ecuatorial. Generalmente tiene efectos meteorológicos y climáticos opuestos a los de El Niño.
Dependiendo de su fuerza, El Niño puede causar una variedad de impactos, como el aumento del riesgo de fuertes lluvias y sequías en algunas partes del mundo, dijo la climatóloga de la NOAA Michelle L'Heureux.
El cambio climático puede exacerbar o mitigar ciertos impactos relacionados con El Niño. Por ejemplo, El Niño podría generar nuevos récords de temperatura, añadió.
El Niño surge de aguas inusualmente cálidas en el Pacífico oriental, cerca de la costa de Sudamérica, y suele ir acompañado de una ralentización o inversión de los vientos alisios del este.
El mes pasado, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) predijo que el periodo 2023-2027 sería el más caluroso jamás registrado en la Tierra, por el efecto combinado de El Niño y el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Australia advirtió esta semana de que El Niño aumentará las temperaturas en un país ya vulnerable a los incendios forestales. La influencia del fenómeno en Estados Unidos es débil durante el verano, pero más pronunciada desde finales del otoño hasta la primavera, señaló la NOAA en su comunicado.