El protocolo de la llamada Operación Puente de Londres se ha activado tras la muerte hoy de la reina Isabel. Consiste en una serie de acciones meticulosamente planificadas que se llevarán a cabo con la participación de la Primera Ministra Liz Tuss, la Iglesia Anglicana, la Policía de Londres, las fuerzas armadas y los medios de comunicación. Los procedimientos durarán semanas.
Después de que el secretario privado de la Reina, Edward Young, pronunciara las palabras London Bridge is Down (El puente de Londres ha caído), se puso en marcha el mecanismo ideado en 1960 y actualizado a lo largo del tiempo. Entre las medidas a seguir, la BBC no podrá emitir ningún programa de humor y se dispararán 41 cañonazos para iniciar el camino de la sucesión al trono.
Tras un día de luto en todo el país, el funeral de Estado se celebrará unos 10 días después de la muerte de la Reina.
También está previsto que el Consejo de Adhesión se reúna en el Palacio de St. James, donde proclamará al nuevo rey. Además, la Cámara de los Comunes convocará a los diputados para el respectivo juramento al nuevo monarca.
Con las banderas ondeando a media asta, Carlos III pronunciará un discurso durante el cual se guardará un minuto de silencio. Tras su coronación, iniciará una gira por los estados del imperio.
Los departamentos gubernamentales del Reino Unido han recibido instrucciones de mostrar discreción, mientras que se espera que la Primera Ministra, Liz Truss, emita una declaración oficial.
Las actividades parlamentarias se suspenderán durante 10 días y el féretro de la soberana reposará durante tres días en las Cámaras del Parlamento.