Autoridades peruanas ordenaron este lunes a la petrolera española Repsol que deje de cargar y descargar petróleo crudo en los barcos luego de que un derrame en enero causó una gran crisis ambiental en el Océano Pacífico frente a la provincia de Callao, cerca de Lima.
El Gobierno ha dado instrucciones a Repsol para que se abstenga de realizar operaciones de carga y descarga de hidrocarburos en buques, según ha anunciado este lunes el ministro de Medio Ambiente, Rubén Ramírez. “Se ordenó la suspensión de carga y descarga de hidrocarburos en el mar peruano por parte del operador Repsol”, dijo Ramírez en conferencia de prensa.
El ministro también explicó que la empresa no podrá reanudar estas actividades hasta que no se den garantías técnicas de que no se producirán otros daños en el mar peruano.
El derrame del 15 de enero ha sido descrito como un desastre ecológico por el gobierno peruano. El incidente se produjo cuando el buque tanque de bandera italiana Mare Doricum descargaba en la refinería La Pampilla de Repsol en Ventanilla, 30 km al norte de Lima. La compañía española afirmó que la fuga se debió a un mar ondulante debido a la erupción volcánica en Tonga.
La mancha negra de petróleo fue arrastrada hacia el norte por las corrientes marinas hasta 140 km de la refinería, según los fiscales, provocando la muerte de un número indeterminado de peces, aves y mamíferos marinos. También afectó el trabajo de cientos de pescadores.
La justicia peruana ya prohibió la salida del país a cuatro directivos de Repsol (un español y tres peruanos) durante 18 meses y ordenó el secuestro del petrolero implicado, que ha permanecido a seis millas del puerto del Callao.
“La empresa no ha presentado acciones claras de limpieza o remediación ante lo que ya pasó”, señaló también Ramírez.
Por su parte, Repsol dijo este lunes en un comunicado que utiliza la tecnología satelital más avanzada y herramientas de inteligencia artificial para monitorear el progreso de los trabajos de limpieza.