Un funcionario de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) anunció este martes que la hambruna en América Latina y el Caribe había aumentado a un ritmo mayor en comparación con otras regiones del mundo durante la pandemia de COVID-19.
“Es la sexta edición en la que debemos reportar malas noticias”, dijo este martes Julio Berdegué en Santiago de Chile, al difundir el Panorama Regional 2021 de Seguridad Alimentaria y Nutricional. Agregó que la situación se ha ido deteriorando constantemente desde 2014, pero se aceleró con la crisis sanitaria.
El hambre es una de las peores formas, la más grave, de seguridad alimentaria, pero en esta región hay 267 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria moderada y severa, subrayó Berdegué, al tiempo que destacó que 60 millones de personas solo en 2019 se sumaron a las filas de los desnutridos.
“Hay que decirlo alto y claro: América Latina y el Caribe se enfrentan a una situación crítica en materia de seguridad alimentaria”, insistió Berdegué. Ha habido un aumento de casi el 79% en el número de personas que padecen hambre entre 2014 y 2020.
La seguridad alimentaria se deterioró un 9% entre 2019-2020 en toda América Latina y el Caribe. Ninguna otra región se le acerca, señaló Berdegué, ni siquiera las más pobres, como África.
Berdegué también destacó que el sector privado era clave para encontrar soluciones a este problema, porque no puede haber una acción positiva sin un cambio en las estrategias productivas, donde los negocios agroalimentarios son fundamentales.
“Los gobiernos tienen que llevar a cabo las políticas que brinden el marco para este giro”, dijo al resaltar el desempeño de Chile en este sentido.
Pero más allá de las bonitas palabras, la verdad es que la cantidad de personas que padecen hambre en América Latina y el Caribe ha aumentado en un 30% desde 2019 para alcanzar su nivel más alto en 15 años. Más de 59 millones de personas en la región no están comiendo lo suficiente en la actualidad, un aumento de 13,8 millones de personas en solo un año, según diversas agencias de la ONU.
La prevalencia de inseguridad alimentaria severa (personas sin alimentos o que han pasado un día o más sin comer) alcanzó el 14% en 2020, un total de 92,8 millones de personas, un gran aumento en comparación con 2014, cuando afectó a 47, 6 millones de personas.
Esto no se resuelve con actitudes personales. Lo que se requiere es un sistema alimentario que satisfaga a la población de manera saludable, Berdegué destacó.
La obesidad también creció significativamente en los últimos años, que es en sí misma otra forma de desnutrición derivada de dietas y condiciones de vida poco saludables. Entre 2000 y 2016 creció 9.5% en el Caribe, 8.2% en Centroamérica y 7.2% en Sudamérica. El sobrepeso infantil viene aumentando desde hace 20 años en la región, y en 2020, 3,9 millones de niños, el 7,5% de los menores de cinco años, tenían sobrepeso, casi 2 puntos porcentuales por encima del promedio mundial.