La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ratificó este sábado su apoyo a “los legítimos derechos de Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas (Falkland), Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios circundantes a las áreas marítimas”, se informó.
En un comunicado oficial difundido por la acéfala Cancillería de Argentina, el grupo interamericano insistió en que los gobiernos de Argentina y Reino Unido reanuden las negociaciones para encontrar, lo antes posible, una solución pacífica y definitiva a dicha disputa, de acuerdo con la resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas”.
El Palacio San Martín también destacó el reconocimiento de la Celac a la permanente actitud constructiva y plena disposición del Gobierno argentino para lograr, mediante negociaciones, una solución pacífica y definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano.
Otro punto alto de la Cumbre de la Celac este fin de semana fue la pelea verbal entre los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y su colega cubano Miguel Díaz-Canel, quien elogió la valentía de su pueblo por haber resistido el bloqueo liderado por Estados Unidos durante más de seis décadas, añadiendo que Lacalle desconocía la realidad de las cosas.
Escuchen a su gente, que recogió más de 700.000 firmas contra la ley que impuso, y que cambió las condiciones para ajustar los precios de los combustibles”, dijo Díaz-Canel sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC) que la oposición pretende derogar a través de un referéndum.
Lacalle respondió que el presidente de Cuba utiliza argumentos que no son ciertos y señaló que en Uruguay afortunadamente la oposición puede juntar firmas y tiene medios democráticos para quejarse, algo impensable en Cuba.
En otra acalorada polémica durante la cumbre de la Celac, el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo que los discursos de Lacalle y del presidente paraguayo Mario Abdo Benítez fueron pura “provocación y agresión del presidente Lacalle, de Uruguay, y del presidente de Paraguay, no recuerdo su nombre ... no sé si ese hombre es conocido ... ”.
Abdo Benítez había comenzado su discurso ratificando que no reconocía al gobierno de Maduro. “Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia, representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio en la posición de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo desde el principio.
Mientras tanto, Lacalle había dicho que la participación de su país no significaba ser complaciente con países donde no hay democracia plena donde se utiliza un aparato represivo para silenciar las protestas, se encarcela a los opositores y no se respetan los derechos humanos. Debemos decir con preocupación que vemos seriamente lo que está pasando en Cuba, Nicaragua y Venezuela, dijo Lacalle.
Maduro consideró que la cumbre ha sido un éxito total, de unión, de consenso y de acuerdo y desafió a Abdo y Lacalle a debatir sobre democracia con él. Luego cantó victoria, ya que ambos mandatarios sudamericanos guardaron silencio ante su desafiante mensaje.
El líder venezolano también señaló que hubo decisiones por consenso muy importantes, como la creación de una agencia espacial para América Latina y el Caribe, que calificó como un paso gigantesco” e insistió en la creación de una secretaría general para la Celac.