Inglaterra comenzó este lunes a disfrutar nuevamente de todas las libertades prepandémicas después de que la reapertura se pospusiera en junio debido a la aparición de nuevas variantes del coronavirus.
Los lugares y estadios pueden abrir a plena capacidad, los clubes aceptan gente, los pubs pueden reanudar el servicio de bar, ya no hay límite para el número de personas que pueden reunirse y el teletrabajo ya no es la norma. Además, la mascarilla ha dejado de ser obligatoria, aunque se recomienda en transporte y tiendas.
Pero a partir de septiembre se requerirá prueba de vacunación para acceder a lugares donde se celebren grandes concentraciones y las pruebas negativas no serán suficientes, se anunció.
El COVID-19 ha matado a más de 128,700 personas en el Reino Unido, donde las infecciones se han disparado durante semanas. El país es el más afectado de Europa por número de casos y superó las 50 mil nuevas infecciones al día durante dos jornadas seguidas.
Entre los infectados se encuentra el ministro de Salud, Sajid Javid, quien se vio obligado a aislarse después de dar positivo el sábado, lo que obligó al primer ministro Boris Johnson y su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, a observar un período de aislamiento después de haber estado en estrecho contacto con Javid.
A pesar de la creciente ola de infecciones, Johnson confirmó el levantamiento de casi todas las restricciones restantes en Inglaterra este lunes, el llamado Día de la Libertad, y confiar en la responsabilidad individual para luchar contra el virus.
Johnson cuenta con el éxito de la campaña de vacunación que comenzó en diciembre, con más de dos tercios de los adultos completamente vacunados, lo que ha debilitado enormemente el vínculo entre enfermedad, ingresos hospitalarios y muertes, lo que permite a los profesionales de la salud lidiar con la situación.
El primer ministro también cree que el verano es el momento adecuado para relajar las reglas, ya que las autoridades temen que otros virus, como la gripe, puedan empeorar la situación en el otoño.
Sin embargo, Johnson lanzó un llamamiento mediante un video publicado a través de Twitter para que se tomen todas las precauciones a la luz del contagio extremo de la variante Delta.
Esta etapa clave en el proceso de desconfinamiento en Inglaterra estaba programada para el 21 de junio, pero se retrasó cuatro semanas para vacunar a millones más.
Las otras naciones del Reino Unido, Escocia, Gales e Irlanda del Norte no se han sumado a la medida, que los opositores laboristas de Johnson han considerado imprudente.
Sin embargo, Johnson dijo este lunes que a partir de fines de septiembre se requerirá prueba de vacunación para ingresar a clubes nocturnos y otros lugares donde se reúnen grandes multitudes. Una prueba negativa ya no será suficiente, dijo Johnson a los periodistas el lunes en Londres.
El creciente número de casos ha llevado a cientos de miles de británicos a que se les diga que se aíslen, lo que a su vez ha provocado que las empresas emitan fuertes advertencias sobre la economía. Las empresas han calificado el evento de pingdemia debido a la gran cantidad de personas que reciben notificaciones en sus teléfonos de una aplicación de rastreo del gobierno, que les dice que se aíslen por haber sido posible contacto con una persona infectada.
Las tiendas de comestibles, los minoristas y los operadores ferroviarios se encuentran entre las industrias que dicen que sin suficientes empleados necesitarán recortar los servicios. El gobierno dijo el lunes que permitiría a los trabajadores en roles críticos, incluidos los controladores de tráfico aéreo y los señalizadores de trenes, continuar trabajando a pesar de ser notificados por la aplicación de rastreo siempre que los trabajadores estén completamente vacunados.
También el lunes, el gobierno de Gran Bretaña dijo que ha decidido no administrar la vacuna a niños menores de 18 años. El consejo de hoy no recomienda vacunar a los menores de 18 años sin condiciones de salud subyacentes en este momento, señaló Javid en un comunicado.
El encierro por causa del coronavirus también fue levantando en Bangladesh, donde el gobierno ha detenido sus restricciones durante ocho días para que la gente pueda celebrar el festival islámico Eid al-Adha. Los expertos en salud han criticado la medida, ya que se produce en un momento en que Bangladesh enfrenta un aumento de infecciones causadas por la variante delta más contagiosa.
La gente en Bangladesh ha desarrollado una admiración por el futbolista argentino Lionel Messi. Salieron a las calles para celebrar la victoria de Argentina en la Copa América a principios de este mes, pero no hubo informes que indicaran que esas grandes reuniones dieran como resultado un número creciente de casos.