El gobierno de México realizó el martes un polémico sorteo con recompensas por el equivalente al valor del lujoso avión usado por el presidente anterior, en el que repartiría 100 premios de 20 millones de pesos cada uno, una distribución poco usual para boletos de la lotería pública.
La rifa simboliza la venta del Boeing 787 Dreamliner utilizado por Enrique Peña, que el actual Gobierno ha presentado como un emblema del exceso y la corrupción en un país donde alrededor de la mitad de la población vive en la pobreza.
Después que el presidente Andrés Manuel López Obrador fracasara en los intentos de vender la aeronave optó por realizar un sorteo para recaudar 3,000 millones de pesos (unos 142 millones de dólares) que serán destinados a la compra de suministros hospitalarios en medio de la pandemia de COVID-19.
“Esos símbolos de la impunidad, esos símbolos de los excesos, de los lujos, se han acabado. Ya todos los funcionarios públicos de este Gobierno, si quieren volar, tienen que pagar su boleto de avión”, dijo el director de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto, antes del sorteo.
López Obrador afirmó en febrero que confiaba en que se venderían los seis millones de boletos, de 500 pesos (unos 24 dólares) cada uno, pero un funcionario mencionó el lunes que sólo un 70% de los “cachitos” habían sido adquiridos.
El sorteo no ha estado exento de polémica. El director del instituto de vivienda Infonavit instó a los empleados por encima de un cierto nivel salarial a comprar entre cinco y 12 boletos cada uno antes del 4 de septiembre y mostrar su recibo a los gerentes, según un noticiero de la cadena Televisa.